La mañana del viernes 6 de junio, una avioneta con matrícula guatemalteca TG-TJG se estrelló en la zona montañosa de Pavencul, en Tapachula, Chiapas, mientras participaba en un operativo binacional para combatir el gusano barrenador del ganado. El accidente dejó un saldo de tres personas fallecidas: el piloto y el copiloto, ambos de origen guatemalteco, y un técnico mexicano del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica).
La aeronave, un modelo L-410 UVP-E, despegó del Aeropuerto Internacional de Tapachula a las 08:17 horas. Nueve minutos después, perdió contacto con la torre de control. La última señal registrada indicaba que volaba a una altitud de 1,710 metros y a una velocidad de 219 km/h.
El operativo en el que participaba la avioneta consistía en la dispersión de moscas estériles, una estrategia conjunta entre México y Estados Unidos para erradicar el gusano barrenador, plaga que afecta gravemente al sector ganadero. La Dirección General de Aeronáutica Civil de Guatemala confirmó que la aeronave realizaba esta labor sanitaria al momento del accidente.
Tras el desplome, pobladores de la región intentaron auxiliar a la tripulación y apagar el incendio que consumía la aeronave, pero lamentablemente ya era demasiado tarde. Las autoridades mexicanas y guatemaltecas han iniciado una investigación para determinar las causas del siniestro, en el que se presume que las condiciones meteorológicas adversas pudieron haber influido.
El secretario de Agricultura y Desarrollo Rural de México, Julio Berdegué, expresó sus condolencias a través de redes sociales, destacando el compromiso y valentía de los tripulantes fallecidos en defensa de la ganadería nacional .