Washington y Pekín negocian un principio de pacto que permitirá a la popular aplicación seguir operando en territorio estadounidense, pero las condiciones abren nuevas incógnitas económicas, legales y geopolíticas.

Un acuerdo en suspenso

Donald Trump anunció que existe un “principio de acuerdo” para que TikTok continúe operando en Estados Unidos, siempre que la aplicación se separe de su matriz china, ByteDance. El pacto, confirmado parcialmente por el Tesoro estadounidense, establece un marco para que la compañía pase a manos de capital estadounidense bajo estrictas exigencias de seguridad nacional.

Sin embargo, los detalles clave todavía dependen de la reunión que mantendrán Trump y el presidente chino Xi Jinping el próximo viernes. Solo entonces se sabrá si este principio de entendimiento se consolida en un acuerdo definitivo.

Riesgos y dudas para las partes

Uno de los principales motivos detrás de la presión política en Washington es la preocupación por la privacidad: legisladores temen que el gobierno chino pueda acceder a datos de millones de usuarios estadounidenses. Aunque el pacto intenta neutralizar este riesgo, la separación efectiva de TikTok de ByteDance plantea enormes desafíos técnicos y legales.

A ello se suma la incertidumbre económica. Para ByteDance, perder el control de TikTok en Estados Unidos significaría dejar escapar una de sus unidades más rentables. El desenlace dependerá de quién adquiera las operaciones estadounidenses y bajo qué condiciones se administren los servidores, el almacenamiento de datos y las auditorías de seguridad.

Consecuencias para EE. UU. y sus usuarios

Si TikTok consolida su presencia bajo control estadounidense, podría abrir la puerta a nuevas inversiones, creación de empleo e innovación tecnológica. No obstante, también implicará mayores costos de supervisión y cumplimiento normativo.

En el terreno cultural y comercial, el futuro de la app resulta crucial: TikTok se ha convertido en un espacio indispensable para anunciantes y creadores, sobre todo entre los públicos jóvenes. Un eventual cierre habría modificado radicalmente el mercado publicitario digital, empujando a millones de usuarios hacia plataformas rivales.

Una jugada geopolítica

Más allá de la dimensión tecnológica, el acuerdo es también una señal diplomática. La voluntad de Trump y Xi de negociar sobre TikTok muestra que la rivalidad económica puede canalizarse en algunos espacios de cooperación. Pero si China considera que las condiciones son injustas, el pacto podría derivar en nuevas tensiones.

El hecho de que el anuncio se realizara desde Madrid y en coordinación con autoridades españolas refleja que la pugna por el control digital trasciende las fronteras bilaterales. Cada vez más países observan con atención cómo se redefinen las reglas del juego en torno a la soberanía de datos y al comercio tecnológico.

Lo que aún falta por definir

El futuro de TikTok en Estados Unidos dependerá de varias incógnitas:

  • ¿Quién asumirá el control de la filial estadounidense y bajo qué condiciones?

  • ¿Cómo se garantizará la seguridad nacional, con qué auditorías y bajo qué jurisdicción legal?

  • ¿Qué postura adoptará Pekín? Hasta ahora, el Gobierno chino no ha confirmado su aprobación al pacto.

  • ¿Cómo se adaptará la legislación estadounidense para regular este nuevo escenario tecnológico y empresarial?

Por ahora, TikTok respira en EE. UU., pero el desenlace final aún está por escribirse.

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