Formalmente el pasado 25 de octubre arrancaron los trabajos para formular los dictámenes de la tan controvertida Reforma Electoral, en donde lo más rescatable es que se promueve reducir el número de diputados federales y senadores, recortar el número de consejeros electorales, financiar a los partidos políticos únicamente durante las campañas electorales, disminuir el tiempo en radio y televisión de la propaganda electoral e implementar el voto electrónico. 

Hablando del futuro INE, este no desaparece, sino que sufriría modificaciones en su estructura y cambiaría su nombre a INEC (Instituto Nacional Electoral y de Consultas), además de que, según prometen, conservaría la autonomía que lo caracteriza. También es preciso decir que la refundación de dicho ente era más que necesaria, pues la percepción de fraude electoral y corrupción que le dejó la elección federal de 2006 nunca se los pudo sacudir. 

Sin embargo, a pesar de todo lo que se discute y se debate en torno a esta Reforma, hay un tema que tanto promoventes, como oposición se han negado a brindarle el tiempo correspondiente y la atención que se merece. Me refiero a la desaparición de los Organismos Públicos Locales Electorales (OPLES), mismos que tienen una vital importancia en la vida democrática de México, ya que estos son los encargados de llevar a cabo los procesos electorales de cada Entidad y que con estas injustificables modificaciones los están dejando totalmente desamparados.

Sería importante que las cúpulas partidistas y la sociedad en general volteáramos a ver a los OPLES y nos diéramos cuenta de que, con los procesos electorales de 2023 y 2024 a la vuelta de la esquina, resulta bastante complicado, por no llamarlo imposible, que un organismo totalmente renovado como sería el INEC tenga la estructura y la capacidad para hacer el trabajo tan sobresaliente y titánico que estos Organismos realizan.

Esto no quiere decir que no debe haber una Reforma Electoral, al contrario, es urgente y necesaria, siempre y cuando esta esté encaminada al fortalecimiento de la democracia y no al retroceso en materia electoral, el cual mucho nos ha costado ir dejando atrás.

No está de más decir que esto es a título personal.

Fíjense nada más… a pesar de que Alejandro Moreno se ofreció a votar en contra de la Reforma Electoral para revivir la alianza ‘Va X México’, Movimiento Ciudadano lo acusa de estar negociando con el secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, una Reforma alterna, misma que no se discute en las mesas de las Comisiones de la Cámara de Diputados. Ya lo dice el dicho: ‘El que traiciona una vez…’

Fuera de contexto: Recuerden amiguites, no por andar pagando para posicionarse como personas proactivas, de ideologías que nunca han profesado y al servicio del pueblo, significa que la gente se lo va a creer, de hecho, hasta fastidia ver tanta hipocresía. ¡Saludos cordiales!

Por: Omar Arizmendi Hernández / opinión@diariodemorelos.com • Twitter: @om_arh22


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