Luego de que la votación fue de 269 votos a favor por 225 en contra, en algo que estaba más cantado que ‘Las Mañanitas’, el pasado martes la Reforma Electoral, propuesta por el presidente Andrés Manuel López Obrador, fue desechada al no obtener el apoyo necesario que consta de la aprobación de las dos terceras partes de la Cámara de Diputados. 

Otra derrota legislativa que debe cargárseles a los Diputados de Morena, quienes una y otra vez han demostrado su falta de oficio político a la hora de cabildear y consensuar con la oposición. Fracaso que inútilmente quisieron maquillar con la aprobación en ‘fast-track’ de un supuesto plan B, situación que resultó peor, pues denotó su falta de estudio, pues han sido puntuales y prematuros los errores que este presenta.

A pesar de que se haga un exhaustivo análisis a ese dichoso plan B o incluso plan C que ya anda circulando, únicamente será para ocultar su falta de capacidad, pues es claro que lo que realmente se necesita es una Reforma Electoral en donde converjan todas las ideologías, algo que se nota imposible, tanto por la falta de diálogo por parte de Morena y aliados, como por la falta de propuestas serias por parte de la oposición.

Es necesario dejar de lado ese clima de confrontación y polarización, optar por la concertación, al fin y al cabo, según dicen todas las fuerzas políticas, buscan un bien común que es el de velar por la democracia mexicana y darle las herramientas para blindarla y perfeccionarla.

Para todos es sabido que urge la austeridad electoral y que debe ser una prioridad el abaratar los costos del sistema político mexicano. De verdad es grosera la cantidad de recurso que se les destina a los partidos políticos sin que lo justifiquen con acciones concretas que beneficien a la ciudadanía. Asimismo, ya basta de mantener partidos satélites que en lugar de representar a las minorías se han convertido en verdaderas remoras del presupuesto y que a los únicos que favorecen son ciertos grupúsculos bandidos que lo único que saben es exprimir el erario.

No está de más decir que esto es a título personal.

Fíjense nada más… que después de todo el golpeteo de grupos de Morena en contra del senador Ricardo Monreal, será la Reforma Electoral la que defina su continuidad o no dentro de la Cuarta Transformación. ¡Quién a Hierro mata, a hierro muere!

Fuera de contexto: Actitudes misóginas y retrógradas son totalmente reprobables, mejor apostemos por la deconstrucción y la apertura. ¡Saludos Miguel Lucia!

Por: Omar Arizmendi Hernández / opinión@diariodemorelos.com • Twitter: @om_arh22


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