"No es una de las navidades más tristes que he pasado, es la más triste", afirma sin titubear Bardo Cota Mora, ex empleado del Servicio de Administración Tributaria (SAT), que el 20 de diciembre fue notificado, como 150 de sus compañeros, que la delegación de ese organismo en Los Mochis, Sinaloa, desaparecía y por lo tanto serían despedidos.

En entrevista con EL UNIVERSAL, comenta que tuvo que suspender la cena de Nochebuena con su familia, para trasladarse a la Ciudad de México e intentar ser reinstalado a su fuente de trabajo, al que dedicó 10 años de esfuerzo.

"A sólo cuatro días de Navidad me notificaron que ya no era necesario. Llegué a mi casa devastado, porque todo el esfuerzo y dedicación a la institución, no sirvieron de nada. Es muy decepcionante la forma en que nos trataron, no merecíamos esto", dijo.

Asegura que minutos después de llegar a su trabajo se les informó a los empleados que tenían algo importante que comunicar, "era un hermetismo total, un misterio. Nos concentraron en una oficina y sólo leyeron un comunicado en el que nos notificaron nuestro despido. Hubo personas a las que no dejaron salir para que firmaran su renuncia".

Frente a Palacio Nacional, donde acudió con otros 50 despedidos del SAT para exigir una solución a su situación, dijo que además de no recibir indemnización, las autoridades les deben una quincena, la prima vacacional, entre otros, "no hemos podido retirar ese dinero".

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