CUERNAVACA, MORELOS.- Tener un cuerpo delgado y que cumpla con los estándares de belleza es un estigma que por décadas nos ha sido impuesto y ha provocado el surgimiento de dos enfermedades mentales que hoy conocemos como anorexia y bulimia.

Cada 30 de noviembre se conmemora el Día Internacional de la Lucha contra los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA), como recuerdo de lo peligrosos que pueden llegar a ser estos padecimientos.

Rosaura Torres, psicóloga clínica especializada en este tipo de trastornos, señala que se trata de un grupo de enfermedades mentales graves que se caracterizan por lastimar la percepción que las personas tienen sobre la comida y su cuerpo.

“En ambas enfermedades hay un impulso hacia la delgadez importante, digamos que lo que al paciente más le preocupa es estar delgado, perder peso, el autoconcepto y el valor de quien lo padece, está puesto en cómo se ve”, afirma.

La diferencia principal que existe en ambos padecimientos es que en la anorexia hay una restricción alimentaria, es decir, las personas dejan de comer casi por completo durante periodos prolongados de tiempo, manteniendo a veces una dieta exclusiva de líquidos.

En el caso de la bulimia, las personas comen de manera compulsiva y casi inmediatamente son asaltadas por una sensación de pérdida de control y culpa, lo que las lleva a tratar de compensar lo que comieron mediante el vómito o el uso de laxantes.

“(El paciente) está ‘secuestrado’ por todo el día estar pensando en lo que come, cómo se ve su cuerpo, cómo hacer para bajar de peso, controlar lo que come y es la manera en la que va a gestionar sus emociones”, agrega Rosaura Torres. 

 

El entorno del paciente

Si bien el modelo de belleza que nos han autoimpuesto en las últimas décadas juega un papel importante, donde los cuerpos delgados tienen mayor valor que aquellos con sobrepeso, también influye mucho el entorno inmediato de cada persona.

De acuerdo con Rosaura Torres, este círculo cercano puede ser un factor protector o de riesgo, dependiendo de cada caso.

“Si una persona, digamos un adolescente, continuamente está escuchando a su familia, por decir algo, criticar el cuerpo de las personas, hablar mal de alguien que no tiene un cuerpo, digamos que no cumple con el estándar de belleza esperado o así, está más vulnerable a desarrollar un trastorno de conducta alimentaria”.

Por el contrario, en un entorno donde se respeta que un cuerpo puede ser saludable en muchas formas y se cultiva el amor propio, es menos probable que se caiga en este tipo de trastornos.

 

Estadísticas y riesgos

Según datos de la Secretaría de Salud Pública federal, en México se registran aproximadamente 20 mil casos de anorexia y bulimia cada año.

Cabe resaltar que estas no son enfermedades exclusivas de las mujeres como ha marcado el estereotipo, sin embargo, sí son las más afectadas y la estadística marca que, de cada 10 pacientes, nueve son mujeres y uno es hombre.

La población de 15 a 19 años es la que está en mayor riesgo actualmente en nuestro país.

Es en las llamadas etapas transicionales, los momentos en que la vida de las personas sufre grandes cambios, donde hay una mayor tendencia a caer en este tipo de trastornos alimentarios.

“Por ejemplo, cuando una niña o un niño pasa primaria a secundaria, de secundaria a prepa, de prepa a la universidad, cuando se va a casar, cuando se embaraza, estas etapas de grandes cambios son las etapas en las que estamos más vulnerables a desarrollar este tipo de trastornos”, asegura Rosaura Torres.

 

La importancia de buscar ayuda

Entre los mexicanos es casi nulo el reconocimiento de que la atención psicológica y psiquiátrica es necesaria en muchos casos para tener calidad de vida.

En el caso de las personas que llegan a padecer anorexia y bulimia, es importante resaltar que deben ser atendidas por un equipo multidisciplinario que incluye a un nutriólogo, endocrinólogo, ginecólogo e incluso un médico internista dependiendo de los efectos que haya sufrido un paciente.

No obstante, la atención psicológica y psiquiátrica es clave para que las personas puedan superar estos trastornos debido a que, de origen, se trata de enfermedades mentales.

Hay señales importantes que los padres o familiares cercanos pueden detectar como síntomas de anorexia y bulimia, como el hecho de que los jóvenes hagan comentarios negativos acerca de su cuerpo, bajen de peso notablemente, cambien repentinamente de hábitos alimenticios, se aíslen, muestren ansiedad y depresión.

Es de suma importancia que si notan cualquiera de estos cambios, acudan inmediatamente por ayuda, ya que ambas enfermedades pueden provocar daños graves al organismo e incluso la muerte.

Al respecto, Rosaura Torres señala: “Logremos tener compasión y entendamos que de verdad están teniendo una enfermedad. Si el caso de sus hijos fuera que tienen diabetes, no nos pararíamos en decir, pues échale ganas y ya, sal de esto, sino que le buscaríamos ayuda profesional y lo acompañaríamos en el proceso”.

 

La pesadilla de la enfermedad

Natalia Arriola es una joven de 22 años que se enfrentó cara a cara con los trastornos alimenticios, en particular con la anorexia.

Desde muy pequeña comenzó en el mundo de la danza, un ambiente en el que precisamente predomina la idea de mantener un cuerpo “perfecto”.

“Mi entorno con mis compañeras no era al cien por ciento sano, por así decirlo, siempre hubo como que mucha intriga en estos temas de si estás gorda, si estás flaca, el cuerpo siempre fue un tema muy dentro del círculo”, señala.

Chicas como ella viven bajo un bombardeo constante de que deben evitar el sobrepeso a cualquier costo, aun cuando estén muy alejadas de ello. En su caso, los problemas que enfrentó fueron más psicológicos que físicos.

“Hubo un tiempo en mi segundo año de danza, empecé a subir un poco de peso porque yo antes era que me restringía. Si tenía una dieta, yo aparte a esa dieta le restaba alimentos”.

Cuando empezó a desarrollar una obsesión por el ejercicio, su cuerpo también exigió más alimentos y por ende, ganó más peso del que tenía.

“En el momento en el que empiezo a subir de peso y empiezo a tener críticas es que yo me doy cuenta de que ya no estaba bien (...) quizás había subido dos kilos y yo ya me veía en el espejo demasiado gorda. Y fue cuando dije ya, no puedo más”, confiesa.

Al hablar de la enfermedad, asegura que siempre existen señales que revelan a los padres que algo no está bien: “Creo que como hijos siempre vamos a sacar algún comentario de me siento gorda, quizá en algunas cuestiones no nos gusta nuestro físico o cómo se nos ve alguna ropa o algo. Si es como muy seguido, creo que los papás deberían prestar un poco más de atención y no dejarlo a la ligera”.

Natalia recibió ayuda psicológica y el poder hablar de lo que estaba sufriendo la ayudó a superarlo poco a poco, pero tuvo que alejarse de la danza e incluso de las redes sociales por un tiempo.

En retrospectiva, ella asegura que es importante que todas las personas que pasan por esta situación reconozcan que su cuerpo es importante, que vale más lo que llevan dentro y que el apoyo de la familia es clave para superar este tipo de trastornos. 

 

 

Cifras a destacar

-20 mil casos de estas enfermedades mentales se registran cada año en México

-9 de cada 10 personas que padecen anorexia y bulimia son mujeres

-La población más afectada está entre los 15 a 19 años

 

Efectos en el cuerpo

 

Anorexia

-Distorsión de la imagen corporal, rechazo por mantener un peso normal y un intenso temor a la obesidad.

-Caída de cabello.

-Falta de conciencia de la enfermedad.

-Baja presión arterial.

-Pérdida de menstruación.

-Aparición de vello e intolerancia al frío.

 

Complicaciones

-Desnutrición.

-Osteoporosis.

-Problemas cardiacos.

 

Bulimia

-Episodios de apetito voraz, seguidos de conductas tendientes a contrarrestar las abundantes comidas.

-Conciencia de anormalidad en el patrón alimentario.

-Vómito inducido y purgas (diuréticos y laxantes).

-Menstruación ausente o disminuida.

-Subidas y bajadas de peso considerables.

 

Complicaciones

-Deterioro dental (en quienes vomitan).

-Rupturas del esófago o del sistema gástrico.

-Fallas renales.

 

Agradecimientos:

Rosaura Torres Suárez

Psicóloga clínica especializada en Trastornos de Conducta Alimentaria

rosaura.torres.suarez@gmail.com

777 153 8869

 

Natalia Arriola

Instagram y Tiktok: @arriola.nat

Facebook: Nat Arriola

Por: LUIS F. PACHECO / luis.pacheco@diariodemorelos.com

Cumple los criterios de The Trust Project

Saber más

Síguenos en Google Noticias para mantenerte siempre informado

Sigue el canal de Diario De Morelos en WhatsApp