México.- Un nuevo estudio reveló que la sonda espacial Rosetta de la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés), detectó signos de un arco de choque en plena formación en el cometa 67P/Churiumov-Guerasimenko.

Contrario a lo que se pensaba sobre los primeros datos, Rosetta atravesó de forma directa el “arco de choque” en varias ocasiones, antes y después de que el cometa alcanzara el perihelio, permitinedo a la sonda realizar mediciones en el sitio de la porción del espacio.

La ESA explica que los cometas permiten a los científicos estudiar el plasma, un estado caliente y gaseoso de la materia, la cual se encuentra en el Sistema Solar en forma de viento solar, un flujo constante de partículas expulsadas por el Sol.

De este modo, cuando el viento solar pasa junto a objetos como planetas o cuerpos menores, primero impacta con lo que se conoce como arco de choque, este fenómeno se podría comparar con la onda formada alrededor de la proa de un barco mientras navega en aguas intranquilas.

Este tipo de fenómenos también han sido observados alrededor de cometas como Halley. Los fenómenos de plasma varían conforme el medio interactúa con el entorno circundante, cambian de tamaño, forma y la naturaleza de estructuras como los arcos de choque a lo largo del tiempo.

Durante los dos años del estudio al cometa 67P/Churiumov-Guerasimenko, Rosetta buscó los signos de un “arco de choque”

“Buscábamos un arco de choque típico en la zona donde se podría esperar uno, lejos del núcleo del cometa, pero no encontramos nada, llegamos a la conclusión de que Rosetta no había sido capaz de detectarlo”, dijo Herbert Gunell, uno de los dos científicos del estudio.

Sin embargo, explicó que al parecer la sonda sí descubrió este fenómeno, el cual se encontraba en sus primeras etapas.

“Durante un nuevo análisis de los datos, dimos con él unas 50 veces más cerca del núcleo del cometa de lo que era de esperar en un caso como el de 67P. También se desplazaba de una forma que no esperábamos, motivo por el que en un principio no lo vimos”, subrayó.

De acuerdo con el proyecto, fue el 7 de marzo de 2015, cuando los datos de Rosetta mostraron signos de que se estaba empezando a formar un arco de choque. Los mismos indicadores se apreciaron mientras el cometa se alejaba del Sol, el 24 de febrero de 2016.

Rosetta ha sido la primera en capturar una fase tan temprana en el desarrollo de un arco de choque alrededor de un cometa”, indicó la coautora del estudio, Charlotte Goetz.

“El arco en formación detectado en los datos de 2015 evolucionó hasta alcanzar su pleno desarrollo a medida que el cometa se acercaba al Sol y aumentaba su actividad”, sostuvo

No obstante, señaló que Rosetta no pudo detectar el fenómeno en aquel momento porque se encontraba a una distancia muy corta de 67P.

“Cuando Rosetta volvió a captarlo, en 2016, el cometa volvía a alejarse del Sol, por lo que el arco detectado en ese punto se encontraba en el mismo estado, aunque en lugar de formándose se estaba disolviendo”, indicó.

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