Ross, como le dicen sus amigos, nació el 6 de junio de 1964 en el Hospital Guadalupe de la ciudad de Cuernavaca. Estudió en el Colegio Morelos y en el Colegio Marymount de esta ciudad. El papá de Rosario fue el famoso fotógrafo don Fernando Martínez Guerra y su mamá es la señora María Antonieta Cue Ruíz. Al morir su padre, Rosario se hizo cargo del negocio de fotografía, “Foto Alameda”, ubicado en la calle Matamoros de esta ciudad. Con tal motivo, cerró el estudio y venta de artículos fotográficos que tenía en la Plaza Esmeralda, para entregarse de lleno al negocio de su padre. Recuerda cuando ambos se ponían a platicar. Él le contaba cosas de su juventud y Ross aprendía de todas las experiencias de su padre. “Cómo nos queríamos. Lo echo mucho de menos”, nos dice con un suspiro.

Años más tarde se casó con Manuel Pérez Bello con quien procreó tres hijos: Manuel, Fernanda y Paola. Su hijo Manuel es Licenciado en Derecho, egresado del ITAM y tiene su despacho de abogados en Santa Fe, Estado de México, Fernanda estudió Diseño Interactivo, es egresada de la Universidad Ibero Americana y trabaja en la compañía Nestlé de México, cuyas oficinas principales se encuentran en la Ciudad de México y Paola aún está estudiando mercadotecnia en la Universidad Ibero Americana y trabaja como becaria en Industrias HENKAEL. Una de sus subsidiarias es la Compañía Resistol.

Se emociona al contarnos con mucho orgullo de sus hijos y de todo el amor que existe entre los tres y ella. Recuerda que por si misma se hizo cargo de la educación y manutención de los tres, costeando sus carreras. Y ahora recibe todo ese cariño que ella supo sembrar.

Rosario se divorció en 1992 y durante algún tiempo se dedicó a hacer muebles artesanales peruanos. Abrió un taller en Cuernavaca en la colonia Las Palmas. Las artesanías que ella fabricaba eran principalmente artículos de madera y entre otras cosas usaba el aluminio. Materiales con los que enmarcaba grandes espejos, hacía cajas para joyería, así como baúles con varios diseños y medidas, entre muchas otras mercancías; estas se vendían en Querétaro, en San Miguel Allende, en Tepoztlán y en otras ciudades a las que iba a trabajar y a gozar de las maravillas de nuestro País. Le encantaba irlos a vender y a entregarlos personalmente. De esa manera conoció rincones de todas estas ciudades.

Nos cuenta lo admirable que es Querétaro y lo lleno de historia de México que encierra cada uno de los monumentos arquitectónicos de la ciudad y de casi todo el Estado. Dice que San Miguel Allende es un amor de ciudad, lleno de artesanías de todo el Estado de Guanajuato con sus hilados y su ropa bordada a mano.

En una ocasión entre su socio Juan Ramírez, con quien tenía la fábrica de artesanías y ella, se presentaron en una de las exposiciones de muebles artesanales más importantes del País, en la ciudad de Garza García en Monterrey, Nuevo León, donde se exhibían productos artesanales de toda la República. Su mercancía tuvo una gran aceptación, levantaron varios pedidos de los compradores de todo el País y además, vendieron todo lo que habían llevado a la exposición.

En 1994 se inscribió en una escuela de fotografía y comenzó a trabajar en el estudio de su papá haciendo retratos. Recuerda el día que la contrataron para cubrir un evento social. El trabajo la emocionó y corrió la noticia de la clase de actividad que ella realizaba, en todo tipo de eventos, como: bodas, actos oficiales, celebraciones o ceremonias privadas. Llevaba a su equipo humano y así todos trabajaban en armonía. Cargaban con luces, cámaras fotográficas, pantallas, cámaras de video y redondear un buen tomar recuerdo de quienes la había contratado. Gracias a esas celebraciones la buscaban para cubrir varios eventos.

En una ocasión en que la contrataron para cubrir la boda de la nieta del actor y director de cine, don Emilio Fernández. Se firmó un contrato para hacer el trabajo con la cámara Réflex y el encargo específico de tomarles video a los novios, a la familia y a todos los invitados.

Rosario y su equipo llegaron a las 2 de la tarde a la residencia en la colonia Las Quintas, ya que la celebración era a las cuatro y terminaría a las seis de la tarde. Pero Rosario se quedó hasta las 2 de la mañana por el mismo precio. Además de cubrir dichos eventos, Rosario se dedicó a hacer fotografía publicitaria para comercios y empresas. Le gusta tomar retratos de grupos y fotografías de bodas y fiestas de quince años.

En 2005, siendo Sergio Estrada Cajigal Gobernador del Estado, crearon, con el apoyo del empresario Gabriel Haddad, un libro de “Empresas de Morelos”, en el cual Rosario se encargó de su formato, fotografías y entrevistas con los empresarios más importantes del Estado. Gracias a ella, este libro tuvo un éxito  inusitado dentro del mundo empresarial.

En 2006 abrió un estudio fotográfico en la avenida Morelos, frente a la Comercial Mexicana. La mayoría de la clientela venía de la Ciudad de México, pues no sólo los eventos sociales la habían dado prestigio, sino por sus exposiciones fotográficas en el Tecnológico de Monterrey de Cuernavaca como la que se presentó en 2005, donde ganó un premio a su trabajo sobre los artistas que hacen tatuajes, sobre sus vidas y sus obras. Otra vez en el Instituto Cultural Universitario. Ahí se expusieron fotos artísticas de desnudos en blanco y negro.

Comenzó a participar en los trabajos de la Asociación de Comerciantes del Centro Histórico de Cuernavaca, A.C., como la representante de la calle Matamoros y después fue su presidenta durante un año. En ese tiempo, estuvieron trabajando muy de cerca del H. Ayuntamiento de Cuernavaca, en la pintura de las fachadas, en la limpieza del centro y en la seguridad del primer cuadro. Al preguntarle sobre el cierre de circulación de autos de la calle Guerrero, contestó que no fue una buena medida el cerrar una de las pocas calles de la ciudad.

Trabajaron junto con el INAH y el Ayuntamiento sobre el reglamento del centro histórico, con la intervención de los colegios de Ingenieros y de arquitectos. Su labor frente a la Asociación fue en beneficio de los comerciantes y de la gente que habita el centro de la ciudad. 

Hermosa y distinguida dama, amorosa madre, experta en el arte de la fotografía artística, magnífica amiga y una mujer llena de alegría contagiosa, Rosario Martínez Cue ha estado entregada al servicio de su clientela, del turismo y de dirigencia de los comerciantes del centro de  Cuernavaca, a través de sus actividades en beneficio de la ciudad, así como su empeño en lograr que Cuernavaca sea una verdadera atracción para la clientela y  un orgullo para los ciudadanos de esta ciudad. Desde la Asociación de Comerciantes del Centro Histórico de Cuernavaca mejoró las relaciones entre los miembros de la misma y en concordancia con las autoridades, estableció la unión entre los Cuernavacenses. 

Por: Rafael Benabib / rafaelbenabib@hotmail.com

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