Fabuloso dibujante, exitoso arquitecto, entregado padre de familia, hombre honesto y trabador es el Arquitecto Raúl Martínez Ocampo, quien se quedó huérfano de padre desde los trece años de edad, tiempo en que se metió a trabajar a una carpintería y luego como auxiliar contable en un despacho en la calle Álvaro Obregón.

Su papá fue Carlos Martínez González quien era comerciante en el ramo de la carne y su mamá, la señora Josefina Ocampo Castrejón, su mamá, era profesora en el Jardín de niños Resurgimiento de Cuernavaca. Fueron cuatro hermanos: Mario, Carlos, Javier y Raúl. Mario trabajó en la compañía farmacéutica Nacional de Drogas y emigró a Estados Unidos, Carlos era herrero y posteriormente también se fue al vecino país del norte; ambos ya fallecieron; Javier se dedica al ramo de la industria metalúrgica de donde tiene una licenciatura.
Raúl estuvo en el Jardín de niños Resurgimiento, donde su mamá era también su maestra. Cursó la primaria en la escuela Benito Juárez que es parte de la Catedral, después en los altos de esa escuela. Continuó sus estudios en la Secundaria Federal No. 5 “Revolución Social” que en 1955 se cambió a la calle de Pericón esquina Francisco I Madero, la que ahora se llama Secundaria Federal No.1 Froylán Parroquín García.
Ingresó a la preparatoria de la Universidad de Morelos. En esos años, siendo muy amigo del arquitecto Francisco R. Badillo quien lo recomendó con el arquitecto Raúl Álvarez donde aprendió a dibujar. Durante los dos primeros años de sus estudios en la UNAM en la Ciudad de México, vivió con varios compañeros de Cuernavaca, entre ellos sus grandes cuates: Salvador González y Javier Álvarez.

En tercero, cuarto y quinto año de la carrera, diariamente iba y volvía a la casa de su mamá. Por fortuna se cambió el horario de estudios de los turnos matutino y vespertino y se quedó sólo al turno matutino lo que le dio tiempo para trabajar en el despacho del arquitecto Badillo durante toda la tarde. Gracias a ese trabajo tuvo la oportunidad de conocer al también arquitecto Fray Gabriel Chavez de la Mora, quien es el autor del proyecto de la remodelación de la catedral de Cuernavaca. Realizaron muchos otros trabajos con el arquitecto Badillo durante veinte años por lo que Raúl le está sumamente agradecido.

Gracias a la confianza que el arquitecto depositó en él, pudo tener dinero suficiente para terminar la carrera. Durante toda esta relación laboral, Raúl tuvo la oportunidad de laborar en un proyecto del que estaba a cargo Paco Badillo y le permitió que trabajara en el taller de Artes Diocesano y así Raúl fue incluido. Recuerda que el señor obispo le encargaba a Paco proyectos de supervisión y asesoría de las iglesias de todo el Estado de Morelos.

Raúl es arquitecto, egresado de la Facultad de Arquitectura de la UNAM, generación 1961-1965. Nació en Cuernavaca el 17 de junio de 1942.
Colaboró en muchos proyectos en la Secretaría de Obras Públicas del Gobierno Federal, como la remodelación del teatro Ángela Peralta en San Miguel Allende, Gto., una importante obra en el jardín central de Chetumal en Quintana Roo. El proyecto urbano en la ampliación de la colonia Nuevos Horizontes en la ciudad de Can Cun, Quintana Roo de 380 hectáreas. El proyecto se hizo de 1981 a 1982.

En 1965 Paco Badillo, era Director de la Escuela de Arquitectura de la UAEM y le ofreció a Raúl la catedra de Geografía Descriptiva. Raúl impartió esa clase durante nueve años y la escuela de arquitectura se convirtió en Facultad. Raúl jugaba futbol desde la primaria y uno de sus mejores amigos era el que siempre jugaban juntos. Mario era mejor que él. Raúl le construyó su casa en Oaxtepec. “El Doctor Mario Camino siempre ha sido un amigo muy querido”, nos remarca.
Después se dedicó al frontenis de los señores Martínez del Hotel Los Canarios y luego en el frontón Santa Rita.
Entre los frontonistas estaban Víctor Mendoza, Jorge Rendón, Mario y Alfonso Sánchez, Gustavo Enrique y José Manuel Martínez Hernández y Carlos García.
Conoció a Carlota Erazo desde los primeros años de secundaria, se hicieron novios y al mes, Raúl se fue a la Ciudad de México, mientras Carlota se recibió como profesora de primaria en Cuernavaca. Al regresar a esta ciudad, Raúl continuó ejerciendo su profesión y Carlota continuó su trabajo de maestra de primaria, se volvieron a encontrar en Cuernavaca y después de un corto noviazgo contrajeron nupcias en la iglesia del Tercer Orden, el 17 de junio de 1967 y  procrearon dos hijas: Claudia y Diana.
Claudia es licenciada en Ciencias Políticas y Administración Pública por la Universidad Ibero Americana y Diana es Arquitecta. Ambas formaron una empresa de bolsas tejidas de varios usos, ecológicas y lavables.

Claudia tiene tres hijos: Mara, Valentina y Leonardo, todos de 23 años, pues tuvo la fortuna de tener triates. Y Diana está casada con el arquitecto Luis Miguel Gutiérrez. Tienen dos hijas: Eugenia y María Emilia de 18 y 13 años respectivamente.
En 1983 el trabajo de la construcción se vino abajo y Raúl fue invitado por su amigo el ingeniero Campos Campos, Vocal Ejecutivo para el Desarrollo de Tabasco a trabajar en el área de diseño en Villahermosa. Ahí estuvo cuatro años, donde aprendió mucho por el tamaño de los proyectos y obras que se realizaron.
En 1990 fue llamado por el ingeniero Godofredo Girón para la coordinación del proyecto de la Remodelación del Auditorio de la Ciudad de México y de varios otros. Dos de esos proyectos los dirigió el arquitecto Teodoro González León, quien es uno de los tres arquitectos más reconocidos en el País.
Estos proyectos fueron la renovación del parque Tomas Garrido Canabal, con 17 hectáreas de superficie y el Centro Administrativo del Gobierno de Estado de Tabasco, ubicado en el desarrollo urbano “Tabasco 2000”.

En aquel tiempo, el gobernador de Tabasco era Leandro Rubirosa Wade, quien consiguió obtener fondos de la industria petrolera para el beneficio de su estado, por lo que Tabasco fue uno de los estados de mayor desarrollo del País.
Otro de los proyectos fue la construcción de mil viviendas del nivel de interés medio con recursos del gobierno del Estado de Tabasco. Este desarrollo lo dirigió el arquitecto Ramón Torres Martínez.
Se construyeron calles, caminos y otras obras. Los proyectos en los que Raúl intervino durante los cuatro años que estuvo en Tabasco fueron 522 mil metros cuadrados entre trabajos de superficie construida cubierta y superficie construida descubierta.
Hoy en día se dedica a diseñar, construir y supervisar todo lo relacionado con la construcción, en su domicilio de la calle Galatea de la Colonia Delicias.
Hombre de amable carácter, trabajador y siempre con una sonrisa en la boca, el arquitecto Raúl Martínez Ocampo es un gran constructor, experto dibujante, quien hizo grandes obras en la Ciudad de México, en la capital del Estado de Tabasco y en el Estado de Morelos, es apreciado por su respeto hacia los demás y el amor que le tiene a su querida Cuernavaca.

 

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