Cuernavaca, Morelos.- La edad no es un límite para seguir preparándose y aprender cosas nuevas, pues hay personas que no tuvieron oportunidad de ir a la escuela o dejaron inconclusos sus estudios por alguna circunstancia, pero ya retiradas de sus actividades laborales desean aprender a leer o escribir, y terminar su educación básica.
Don Rafael Morales es un hombre de 75 años de edad, que actualmente estudia en los servicios del Instituto Estatal de Educación para los Adultos (INEEA); es de oficio músico-compositor, y a lo largo de su vida se ha desempeñado en varios empleos.
Contó que sólo  estudió hasta cuarto grado de primaria; posteriormente se dedicó al comercio y trabajó en una empresa textil.
Sin embargo, fue autodidacta y comenzó a aprender distintas cosas, entre ellas un segundo idioma; su gusto por la música lo impulsó a cantar y tocar instrumentos.
A sus más de 70 años creía que ya no podía estudiar, pero surgió la invitación de una asesora del INEEA para incorporarse a los servicios educativos; al principio era incrédulo, pero decidió inscribirse.
“Acudí por primera vez  al INEEA por la invitación de una asesora, al principio le dije que a mi edad ya para que me podía servir, los adultos mayores a veces somos muy dejados y no queremos aprender, pero hay cosas importantes que debemos dominar y que nos van a servir, desde las que parecen tan sencillas, como poner nuestro nombre, firmar, leer un documento o saber la información de los letreros de la calle”, comentó.
Ya recibió su constancia de alfabetización y actualmente está cursando la primaria; dijo que cuando termine seguirá estudiando la secundaria, pues desea tener los documentos que avalen el aprendizaje adquirido.
Comentó que su familia lo apoya para que siga estudiando, pues consideran que nunca es tarde para aprender.
“Mis hijas ya son grandes, son profesionistas,  siempre me echan porras para que continúe en el INEEA, ellas están muy orgullosas de que tomé la decisión correcta de seguir adelante con mi preparación”, concluyó.

Apoyo. Don Rafa es apoyado por sus hijas, las cuales son profesionistas y están orgullosas de que tenga la voluntad de estudiar.

Por: José Azcárate
jose.azcarate@diariodemorelos.com

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