Cuernavaca, Morelos.- El equinoccio de primavera se registrará este año el 20 de marzo a las 09:33 horas, e indicará el momento en que el Sol cruce del hemisferio sur al norte. En este día tarda el mismo número de horas por arriba del horizonte, que por debajo de este; es decir, la duración del día y la noche se equilibran.
Así lo explica el doctor en Astrofísica e investigador del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, Jesús Galindo Trejo, quien señala que las personas no pueden percibir que cruza del hemisferio sur al norte, pero es atractivo observar como pirámides, palacios y demás estructuras arquitectónicas mesoamericanas se alinean a él, a su salida o puesta, en este día.
“En el pasado no era fácil determinar, con exactitud, la duración del día o la noche, eso ahora lo sabemos; pero en las culturas antiguas la manera más fácil de entender que llegaba el equinoccio era cuando el Sol salía a la mitad de su trayecto aparente en el horizonte”, comentó en entrevista.
Además, el experto asegura que este evento astronómico fue identificado por las civilizaciones prehispánicas y muestra de ello son las múltiples edificaciones con concordancia al astro mayor, que se tienen en gran parte del país.
Un ejemplo de lo anterior es en la Zona Arqueológica de Teopanzolco, en Cuernavaca, Morelos, existe una pirámide doble que en la parte superior tiene dos santuarios de entre los cuales sale el astro rey.
Otra manifestación similar ocurre en el Templo de las Caritas, en Cempoala, en el Estado de Veracruz.
“Esta pirámide posee murales que representan al Sol, la Luna y a Venus, mira hacia el mar y durante el equinoccio sale alineado a la pirámide”, describió el experto.
De igual forma, en la Zona Arqueológica de Xochicalco, en Morelos, hay varias canchas de juego de pelota; en una se conservan los marcadores, que son dos aros de piedra empotrados en igual número de muros paralelos. Están orientados a la puesta solar en el día del equinoccio, de tal manera que se puede observar como “se mete” en el centro de ambos.
Sin embargo, precisa el experto en Arqueoastronomía del México Prehispánico, hay quienes aseveran que en Mesoamérica no se conocía el fenómeno, que es un concepto e invención occidental.
Uno de los argumentos de esta postura está vinculado a que en el Templo de Kukulkán, en Chichen Itzá, se puede observar el famoso descenso de la serpiente emplumada a partir de una hora antes de la puesta del Sol, durante el equinoccio de primavera. Pero no se presenta únicamente en esta fecha, ocurre días antes y después. Así, afirman que este efecto de luz y sombra en la pirámide no fue planeado.
Xochicalco. Una de la zonas arqueológicas más importantes del centro del país.
Piramide de Teopanzolco. Uno de los sitios más emblemáticos de la capital morelense.
Por: Salvador Rosas / local@diariodemorelos.com
