Cuando yo era niño, no hace mucho tiempo de eso (je je), resultaba fascinante escuchar a mi querido y admirado Arturo Yamasaky, silbante de origen peruano, quien vino a nuestro país a revolucionar el arbitraje, relatar mil y una anécdotas relativas a la Copa Libertadores, en las cuales hacía apología de la pasión, rivalidad y alto grado de dificultad que significaban los enfrentamientos para los jueces. De modo que, yo soñaba con el hecho de que algún día los equipos mexicanos pudieran participar en el prestigiado torneo intercontinental.

Y así fue, desde 1998 hasta el 2016; sin embargo, aquella quimera infantil no solamente se hizo realidad; sino que fue ampliamente superada cuando tuve la inmensa dicha de convertirme en el primer nazareno azteca (“haiga sido como haiga sido”) en arbitrar en una Copa Libertadores.

Aunque los silbantes mexicanos no éramos tomados en cuenta para pitar en el certamen, ocurrió que, en el 2002, por esas cosas que tiene el futbol, se enfrentaron, en Cuartos de Final: Monarcas vs. América.

A mí me tocó dirigir el de ida, en donde el América se impuso al son de dos goles por uno, de visitante, en un partido muy ríspido, en donde ambos equipos terminaron con 9 futbolistas. Y a mi amigo Felipe Ramos Rizo le tocó silbar el de vuelta, en El Azteca (“se lo dejé calientito”). El América les repitió la dosis a pesar de haber jugado casi todo el partido con diez hombres, merced a la expulsión tempranera del ‘Cuervo’ Rojas.

De modo que, soy un ferviente seguidor y admirador de la Copa Libertadores de América; así que, no habrá poder humano que me despegue del televisor el próximo sábado, a las 14 horas, cuando salten a la cancha de El Monumental el River Plate y el Boca Juniors, en lo que se le ha llamado “la final soñada”. Boca lleva seis Copas y River 3.

Son dos los equipos mexicanos que nos han regalado la linda aventura de contender por el título: primero la máquina celeste en el 2000 contra Boca; pero en penales “la cruzazulearon” y los Tigres en 2015 frente River, en donde gracias al partido ratonero planteado por el “barrendero” Ferretti (en la ida 0-0) se tuvieron que conformar con el subcampeonato, al caer allá, tres goles por cero.

No es frecuente que la Final la disputen dos equipos del mismo país; sin embargo, no será la primera vez que esto ocurre, en virtud de que en el 2005 Sao Paulo se coronó venciendo al Atlético Paranaense y en el 2006 el Internacional hizo lo propio con el Sao Paluo; es decir, las dos mencionadas fueron entre escuadras brasileñas y en esta ocasión tocará el turno a las oncenas pamperas.

La CONMEBOL ha designado al uruguayo Andrés Cunha para llevar la responsabilidad de conducir las acciones, que Dios reparta suerte y… que gane el futbol.

Reglas y reglazos
Eduardo Brizio
ebrizio@hotmail.com

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