Aplicar la “Ley de la ventaja” en el futbol es un arte. Un arte que le está conferido únicamente a los silbantes. Pero no a cualquier colegiado; sino, únicamente a aquellos que están concentrados los 90 minutos y entienden que su función es ser los garantes de la moral del juego, impartir justicia, procurando que el tramposo no se salga con la suya.

La cláusula de la ventaja o Ley de la ventaja, como usted prefiera llamarle, consiste en que el árbitro se abstenga de sancionar una falta cuando al hacerlo termine por beneficiar al equipo que la cometió.

Esto viene a cuenta, debido a que en la Jornada 14 del Clausura 2019, del balompié mexicano, celebrada el pasado fin de semana, por lo menos en dos encuentros, en donde actuaban dos de los mejores jueces, la majestad de la justicia fue vilipendiada, con una mala aplicación de “La ley de la ventaja”.

El primero ocurrió en el partido Monarcas vs. Chivas, cuando al minuto 26, en los linderos del área, el defensor purépecha Osuna saltó sobre Godines cometiendo infracción. Nuestro nazareno mundialista, César Arturo Ramos Palazuelos, muy cerca de la jugada, de inmediato hizo sonar su ocarina, señalando falta a favor del Rebaño Sagrado.

Sin embargo, casi de inmediato el balón quedó a merced de la ‘Chofis’, quien lo empalmó de bolea para sacudir las redes enemigas colocando la esférica en el ángulo. Ramos Palazuelos, poco concentrado, se precipitó y aunque marcó la infracción a favor de las Chivas, el daño ya estaba hecho, porque los privó de un gol, beneficiando al infractor.

En el partido Pumas vs. Xolos, al min. 85, Mozo fauleó a Fuentes, cerca del pico del área de Tijuana, el árbitro Jorge Isaac Rojas permitió que continuara la acción, para que unos cuantos metros más adelante los universitarios recuperaran el balón, atacando, para que la jugada terminara en tiro de esquina, mientras, las protestas del equipo fronterizo no se hicieron esperar.

No me pareció adecuado intentar aplicar la ventaja a 80 metros del arco enemigo; sin mencionar que, cuando Bolaños perdió el balón, todavía tuvo chance de dar marcha atrás y sancionar la falta. Para su infortunio, en el cobro del tiro de esquina cayó el tanto de la victoria para los felinos.

He aquí dos ejemplos en los cuales los hombres de negro se pudieron lucir poniéndose el frac, pero terminaron… poniéndose el overol.

 

Eduardo Brizio
ebrizio@hotmail.com

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