El keniano Eliud Kipchoge se convirtió en el primer ser humano en la historia capaz de recorrer la distancia del maratón, 42 kilómetros 195 metros, en menos de dos horas, hace unos días en Viena, Austria, dejando plasmado su nombre con letras de oro, en los anales del atletismo.

Sin embargo, su hazaña no fue reconocida de manera oficial por la Asociación Internacional de la Federación de Atletismo, debido a “las ayudas” que el héroe que hoy nos ocupa recibió durante la competencia.

Por principio de cuentas se trató de una carrera preparada especialmente para Kipchoge, con el propósito de romper el récord oficial, que fue impuesto por él mismo el 16 de septiembre del 2018, en Berlín con un tiempo impresionante: 2 horas, 1 minuto, 29 segundos.

Y se dice que fue preparada porque él era prácticamente el único competidor, acompañando a lo largo del recorrido por corredores de élite (41 en total) mejor conocidos como “liebres” que lo iban: “jalando”, escoltando, dispuestos en la mejor formación, cortándole estratégicamente el viento relevándose estratégicamente saliendo y entrando “descansados” durante los 42 kilómetros.

El circuito era prácticamente recto y plano, además que no fue certificado por un medidor oficial. Del mismo modo, contó con un vehículo motor que iba delante de él marcándole con, un rayo láser, el ritmo del paso a seguir. Tampoco existieron al menos tres competidores con la intención de ganar la prueba.

Igualmente, la rehidratación en los maratones “normales” se efectúa en puntos de abastecimiento predeterminados y los corredores los deben de tomar de una mesa, en el caso del plusmarquista, fue su entrenador quien se los proporcionaba desde una bicicleta, rompiendo el protocolo. Todo esto sin mencionar que tampoco hubo control antidopaje.

Uno de sus patrocinadores, “la marca de la palomita”, se encargó de confeccionarle unas zapatillas especiales para el histórico recorrido, colocándole a sus tenis placas de fibra de carbono y bolsas de aire para hacerlos más ligeros. Le mejoraron los patrones de tracción y hasta las agujetas le modificaron para mejorar la aerodinámica y el rendimiento.

No se queden con la impresión de que estoy queriendo demeritar la hazaña, simplemente estoy explicando las causas por las cuales su récord no fue homologado, lo que me parece razonable.

“Haiga sido como haiga sido”, ahí queda la proeza realizada por el atleta keniano, un corredor de élite, que se convirtió en la prueba reina de las carreras de fondo en… el hombre más rápido del mundo.

 

eduardo Brizio
ebrizio@hotmail.com

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