En lo que tiene visos de otro caso de “saqueo hormiga”, el gobierno de Tepoztlán que encabeza Rogelio Torres Ortega echa mano del dinero público para pagar trabajos a costos presumiblemente “inflados” a favor de particulares.
Durante el primer semestre de su administración, el gobierno municipal reportó un total de seis obras, por un total de 16.8 millones de pesos, de las cuales cuatro fueron asignadas directamente y las restantes dos mediante licitación por invitación restringida.
Ante denuncias ciudadanas sobre el presunto manejo irregular de los dineros públicos con personas físicas y morales allegadas al alcalde Rogelio Torres, se inició una revisión preliminar del programa de obras y servicios municipales, misma que arroja los primeros resultados probablemente constitutivos de delito.
Una evidencia de lo anterior se da en la obra “Remodelación de tanque superficial de distribución de agua potable, en la localidad de San Andrés de la Cal”, programada a realizarse del 10 de abril al 7 de agosto recientes.
Al filo de la obligación de realizar un concurso para su asignación, el contrato llevado a los 2.8 millones de pesos fue entregado directamente a la empresa Conteo Proyecto Construcción y Mantenimiento en General S.A. de C.V.
De acuerdo con una solicitud de información pública del ciudadano Juan Manuel “N” al gobierno de Torres Ortega, éste entregó un legajo denominado “Análisis de precios unitarios”, en el que se detallan los costos de materiales, mano de obra, costos indirectos, equipo y herramienta.
De manera simultánea, se solicitó a proveedores al azar la cotización de 16 de los más de 67 materiales y tareas de esta obra, a fin de contrastar los costos presentados por la contratista ante los del mercado.
En la confronta entre lo que el gobierno de Torres Ortega habría pagado a la constructora y lo que cuestan varios materiales se encontraron algunos precios “inflados” hasta en un 480 por ciento, lo que habría ido en perjuicio del erario municipal.
Entre los productos donde se detectaron costos más altos de los precios comerciales se encuentran válvula con vástago, tubos y niples galvanizados, bridas, “tees” de fierro, tornillos, tuercas y otros que en conjunto conformarían el saqueo “hormiga”.
En la misma obra se emplearon materiales como concreto premezclado, acero de refuerzo, cimbra de madera y tabique recocido, además de tareas como demolición de concreto, acarreo de materiales, pruebas técnicas, etc.
El conjunto de materiales, mano de obra y costos de depreciación de equipos y herramientas con presumibles sobreprecios ajustaron esa “remodelación”, no obra nueva, a los 2.8 millones de pesos, lo que en principio sería motivo de natural de revisión y hasta auditoría especial de la Entidad Superior de Auditoría y Fiscalización o Auditoría Superior de la Federación.
En una visita al lugar de la obra, a menos de dos meses de concluido los trabajos, se pudo apreciar que los acabados son de calidad deficiente, toda vez que muestran fisuras en el cemento repellado y probablemente en el muro mismo, entre otras fallas.
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TEPOZTLÁN, MORELOS
