Ningún mexicano tiene duda de la relevancia que guarda la relación de México con Estados Unidos; también es indudable que esa relación debe preservarse mediante los más eficientes canales diplomáticos y al mismo tiempo, metiendo la pierna fuerte al saber responder cuando se haga sentir agravio a los intereses nacionales.

La relación que la cancillería debe cuidar no es sencilla, sobre todo cuando el despertar de cada uno de los altos mandos de esa dependencia, puede encontrarse con dos o tres tweets del Presidente Trump, que generan incomodidad y merecerían una respuesta rápida del gobierno mexicano.

Sin embargo lo observado últimamente es que no se ha logrado un posicionamiento de México, mucho menos se ha defendido a los mexicanos que viven en el país vecino que trabaja de manera honesta, tiene una familia y parten de una cultura del esfuerzo.

No olvidemos que esos mexicanos están siendo sujetos de presiones discursivas, reflejadas en el trato que reciben del gobierno norteamericano y de la sociedad que avala tratos discriminatorios, siendo aquí, donde el Gobierno de México nos ha quedado a deber una postura firme, que inhiba calificativos nocivos y generalizados en contra de México y sus ciudadanos.

¿A poco no es una obligación humanitaria del Gobierno de México el defender la vida, la dignidad, los derechos y los intereses de los mexicanos que radican en Estados Unidos? Debemos considerar que dejar registro de una defensa de estos aspectos, no es romper relaciones con Estados Unidos, ni caer en provocaciones. Simplemente es hacer valer dignamente una representación como Presidente de la República y como testimonio histórico que nadie, por más poderoso que sea, puede expresarse lastimosamente en contra de los mexicanos como únicos causantes de los problemas fronterizos.

Precisamente, hablando de la frontera, también se ha olvidado en estos meses del nuevo gobierno, el que México no va a pagar y mucho menos construirá el muro que pretenden algunos estadounidenses; tampoco se han hecho referencias a otros problemas que no son oriundos en México sobre los flujos de armas y dinero en efectivo que provienen de Estados Unidos a México. Es aquí donde empezamos a perder narrativa de defensa y nos comienzan a ganar la batalla.

En cuanto a lo comercial es grave y preocupante que se pretenda presionar la relación, con la amenaza de imponer aranceles y se estén endureciendo los protocolos de revisión del transporte hacia Estados Unidos; la renegociación del Tratado de Libre Comercio fue un logro para México y sin duda todas las partes han reconocido los beneficios del comercio que trajo este nuevo acuerdo comercial para el hemisferio en aras de competir juntos como región. Entonces, ¿Por qué callar como gobierno? ¿Por qué no decirlo?

Quedarnos callados como Nación pudiera ser la opción más fácil, pero el ser simples espectadores del maltrato en la relación bilateral si tiene implicaciones para México y es algo en lo que debemos hacer conciencia.

La narrativa puede ponerse peor para México. Debemos notar que para muchos candidatos seremos un centro de ataque para ganar adeptos, por lo que es importante trabajar en la narrativa mexicana y que en las próximas elecciones de Estados Unidos las bondades de México y nuestros conciudadanos no pierdan fuerza, ya que la vorágine de descalificaciones, están a la vuelta de la esquina.

Si bien no esta siendo sencillo para la Secretaría de Relaciones Exteriores, el responder (nunca lo ha sido) mucho menos lo será cuando estén en apogeo las campañas vecinas.

Mas vale ir posicionando con dignidad lo que representamos desde ahora, ya que en algunos meses, cuando estemos en el centro del debate, los mirones serán de palo.

 

guillermo amerena betancourt
amerenaguillermo@gmail.com

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