En la entrada del mercado Adolfo López Mateos (ALM), de Cuernavaca, desde hace 45 años la señora Sofia Gabino de Jesús preserva la venta de camotes, teniendo una amplia y muy surtida variedad de este tubérculo, así como otros platillos tradicionales.

“Vendemos guacamote, camote morado, blanco, cacahuates hervidos, chayotes, tejocotes en dulce, calabaza en dulce, semillas y recetas que dejaron nuestros antepasados”, señaló Gabino de Jesús.

Todos los días viaja desde el municipio indígena de Xoxocotla, con sus cubetas llenas de camotes, hasta la capital morelense.

Parte del reconocimiento que tiene esta ‘camotera’ ante los locatarios del ALM ha sido su clásico grito, el cual ya no lo realiza con frecuencia “porque los clientes se sentían albureados y ofendidos”.

Además, a pesar de que son platillos que ya no se consumen de manera cotidiana por las nuevas generaciones, la señora Sofia dijo que sus mejores clientes siguen siendo las personas mayores, “pues en ellas quedó sembrada esa costumbre”.

“La gente mayor es la que todavía nos viene a consumir, nos conocen como ‘las camoteras’, y tenemos clientes que solo vienen, dese hace años, a comprar un camote”, dijo Gabino de Jesús.

Manifestó su preocupación por la posible pérdida de estas recetas, pues que externó que los jóvenes ya no están interesados en aprender a elaborarlas o simplemente consumirlas, porque su paladar está acostumbrado a otros gustos. 

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