Ambas son películas mexicanas pero, por alguna razón, una es más "exitosa" que la otra.

 

Lleva dos semanas en cartelera y Mirreyes contra Godínez ya lleva recaudados 152 millones 15 mil 994 pesos, de acuerdo con un reporte de Excélsior.

Es una cifra nada desdeñable tratándose de una cinta mexicana y teniendo en cuenta que el cine nacional, fuera de los directores consagrados, es muy poco apreciado en el país. Incluso ya se desataron los debates sobre Roma y su elitismo, hecho que pudo haber provocado que comedias como Mirreyes contra Godínez sea ahora más famosa que la cinta de Cuarón. 

Sin embargo, detrás de la polémica hay muchos más puntos a ubicar. Mirreyes contra Godínez es una comedia básica con la que cualquiera se puede identificar, la premisa es simple y hace fuerte generalizaciones de los dos sectores socio-económicos más dominantes de la población mexicana, con lo cual, una persona que no busca más que entretenimiento puede disfrutar sin pensar demasiado.

Además el género de comedia es uno de los más consumidos por los mexicanos, (como puede notarse en otros éxitos de taquilla protagonizados por actrices como Karla Souza).

 

 

Si a esto le añadimos que la cinta aborda tópicos cliché de la sociedad mexicana era, casi casi, obvio que desplazara a la multinominada a los Oscar, sin importar su valor artístico, Mirreyes contra Godínez utiliza estereotipos básicos y acutales del mexicano y general del mundo, con personajes con caracteristcas muy marcadas, que al ser fácil para muchos de identificarse o ver reflejado a unos de los personajes con sus conocidos hace aún más digerible la película.

Por otra parte, Alfonso Cuarón es uno de los pilares del cine mexicano, cualquier producción que decida estrenar obtendrá una gran audiencia y, según el caso, un buen recibimiento por el simple hecho de ser él. Por otro lado, Chava Cartas, director de Mirreyes vs Godinez no busca la inmortalidad en el cine. Es un director de comedia que hace su trabajo. No hay necesidad de sentarse a reflexionar sobre simbolismos ni encontrar los mensajes ocultos o las metáforas, ni siquiera una lección didáctica.

 

Es una película para pasar un rato de risas y al terminar te puedes dedicar inmediatamente a otra cosa.

 

Quizá a los más ávidos cinéfilos eso les parezca una ofensa, pero lamentablemente prueba de la realidad de que a la audiencia común no le interesa ver arte complejo para entretenerse, sino risas que les hagan olvidarse de sus vidas por un momento, no recordarles lo difícil que es.

De igual forma, Mirreyes contra Godínez no pretende ser una comedia revolucionaria, ni dejar una marca. Su único propósito es ser vendida. Las reseñas de la cinta no son excelentes y actualmente tiene un rating de 5,3 en IMDB, de acuerdo con la audiencia. Sin embargo, en México no se leen esas reseñas y las risas simples siempre funcionarán, especialmente cuando programas como La hora pico y La familia P. Luche siguen siendo parte de la programación de Televisa, por su gran poder de retención de la audiencia. 

 

 

Algunas personas dirían que la cultura mexicana es la culpable de que no se aprecie el cine, pero esto pasa en todos lados. En Estados Unidos, cintas de Adam Sandler que son destrozadas por la crítica, como Jack and Jill, son blockbusters que ganan millones en taquilla, mientras que obras como las de Judd Apatow ganan mucho menos, y las cintas de Jim Jarmusch no se acercan a los cientos de millones.

A pesar de todo, no es un asunto de cuál es mejor o peor, simplemente son dos cintas hechas con objetivos específicos. 

Mirreyes contra Godinez no será una joya del cine mexicano y quizá no sea recordada como Matando Cabos, pero logró recaudar más de lo que invirtió, probando una vez más que lo simple siempre funcionará para una audiencia que no exige demasiado. Es un producto. ¿Podemos culparla de ser eso?

Cumple los criterios de The Trust Project

Saber más

Síguenos en Google Noticias para mantenerte siempre informado

Sigue el canal de Diario De Morelos en WhatsApp