La reciente decisión del gobierno de Estados Unidos de imponer un arancel del 17.09 por ciento a las importaciones de jitomate mexicano podría tener un impacto negativo en los productores de Morelos, quienes apenas comenzaban a recuperarse de una crisis derivada de políticas comerciales anteriores.
El lunes por la tarde, el Departamento de Comercio de Estados Unidos anunció su retiro del Acuerdo de Suspensión de la Investigación Antidumping sobre Tomates Frescos de México, firmado en 2019. Este cambio provocará la entrada en vigor inmediata de aranceles a los productos mexicanos, entre ellos el jitomate, uno de los principales productos de exportación agrícola del país.
Humberto Sandoval Zamora, dirigente de la Central Campesina Cardenista (CCC) en Morelos, refirió las consecuencias de las restricciones impuestas por Estados Unidos a principios de año. “Nos causó un problema por la saturación del mercado local. La producción de Sinaloa se vino al centro del país, y eso obligó a que el precio del jitomate bajara hasta 7 u 8 pesos el kilo, cuando habitualmente lo vendemos en 15 o 20 pesos”, declaró Sandoval Zamora.
La caída de los precios del jitomate, a principios de año, obligó a muchos agricultores a endeudarse o incluso a vender patrimonio y vehículos para poder reiniciar el ciclo de producción. Aunque en semanas recientes el precio del jitomate se había estabilizado en torno a los 20 pesos por kilo, la noticia del nuevo arancel ha generado preocupación en el sector.
Productores temen que, ante la imposibilidad de competir con los nuevos costos en el mercado estadounidense, nuevamente se genere una sobreoferta en el mercado interno, lo que provocaría una caída de precios similar a la vivida meses atrás.
Organizaciones campesinas y productores han pedido al gobierno federal tomar medidas urgentes para proteger a los agricultores mexicanos ante este nuevo revés comercial, que podría comprometer seriamente la viabilidad económica de miles de familias dedicadas al cultivo del jitomate en estados como Morelos.
