El 14 de diciembre de 1990, la Asamblea General de las Naciones Unidas designó el 1 de octubre como el Día Internacional de las Personas Adultas Mayores, con el objetivo de reconocer su contribución al desarrollo humano y económico, además de resaltar las oportunidades y desafíos relacionados con el envejecimiento demográfico mundial.
El Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (INAPAM) señala que este grupo vulnerable enfrenta discriminación en los ámbitos médico, laboral y social, lo que limita su potencial y afecta su salud y bienestar.
En Morelos, de acuerdo con el Censo de Población y Vivienda 2020 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el 9.6 por ciento de la población es de adultos mayores, y Cuernavaca es el municipio con el mayor porcentaje de personas de 65 años y más, que representa el 12 por ciento de su población.
INAPAM subraya que vivir más años no necesariamente implica vivir en mejores condiciones, ya que las desigualdades sociales, políticas y económicas influyen en el curso de vida de las personas y generan situaciones de vulnerabilidad que se agravan en la vejez.
CARACTERÍSTICAS
En el estado, la mayor parte de la población analfabeta tiene 60 años o más: el 10.9 por ciento corresponde a personas de 60 a 74 años, y el 25 por ciento a mayores de 75. Además, en 2020, por cada 100 personas en edad de trabajar, 50 dependían de ellas, 14 de las cuales eran adultos mayores.
La mayoría de esta población son mujeres, lo cual se atribuye a la mayor esperanza de vida en México para ellas, que es de 78 años en promedio, frente a los 73 de los hombres, fenómeno conocido como la feminización de la vejez.
Sin embargo, INAPAM señala que, aunque las mujeres viven más años, esto no garantiza mejores condiciones de vida. Debido a las desigualdades de género que enfrentan, muchas llegan a la vejez en situaciones más vulnerables por la falta de participación económica y la ausencia de ingresos por pensión, jubilación o viudez.
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) enfatiza que es fundamental valorar a las personas adultas mayores, quienes pueden desempeñar un papel cada vez más relevante a través del trabajo voluntario, la transmisión de su experiencia y conocimientos, y el cuidado de sus familias.