Cuernavaca, Morelos.- La familia Reyes-Aragón, perdió su casa de dos pisos y tuvieron que volver a levantarse, han construido nuevamente dos cuartos en ese mismo espacio. Esto les ha dejado una enorme deuda monetaria, pero entre ellos y sus seis hijos se dan ánimos y día a día y trabajan sin descansar a pesar de la edad y las adversidades, afirma María Magdalena, jefa de la familia.
     El 19 de septiembre, "estaba reposando, después de una mañana de intenso trabajo pues desde temprano me levanto a limpiar el pollo que vendo y también a surtir una pequeña tienda; todo lo que tenemos es el fruto de nuestro esfuerzo y trabajo, doy gracia a Dios porque estamos y nos va bien. Ese día marcó a muchos... hay un antes y un después del terremoto", dice Magdalena.  
Agrega: "Recuerdo que yo me levanté muy rápido de la cama cuando el temblor, me salí como pude de mi casa y llegué al portón que da a la calle, allí me calmé un poco porque vi a mi esposo, Gabino Reyes, con mi nuera y mis nietos, que estaban a salvo, ya allí, me puse a rezar el rosario, junto con los vecinos, así estuvimos rezando hasta que paso el sismo. Poco a poco las noticias de la catástrofe fueron tomando forma y fuerza, como una pesadilla. A  nuestros vecinos se les había cuarteado su casa desde los cimientos, y que un Jojutla las cosas estaban peor, que había hasta decesos y muchas casas derrumbadas. Así que doy gracias a Dios porque en mi casa sólo eran grandes grietas y no había caído nada sobre nadie, eso es un milagro".

Pérdida.La familia levantó dos cuartos que los ha endeudado.

Después del temblor pasó algo que no se si a la gente le pudiera funcionar; hemos reído mucho para no caerse o derrumbarse."  Ma. Magdalena,  ama de casa

Poco a poco. Los señores Reyes Aragón dan gracias de que no hubo tragedias tras caer su vivienda.

Por: Luis Flores / luis.flores@diariodemorelos.com

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