Francisco Villa, cuyo nombre real era José Doroteo Arango, es recordado como uno de los líderes más emblemáticos de la Revolución Mexicana. Sin embargo, pocos saben que también fue actor, en 1914 se interpretó a sí mismo en una película de Hollywood, convirtiéndose en uno de los primeros personajes históricos en actuar su propio papel en la pantalla grande.
En enero de ese año, Villa firmó un contrato con la productora estadounidense Mutual Film Company, la cual buscaba llevar la Revolución Mexicana a los cines de Estados Unidos. El acuerdo le garantizó al general 25,000 dólares, una suma considerable para la época, a cambio de filmar escenas de sus batallas y de actuar en una producción semificcional titulada The Life of General Villa (La Vida del General Villa), dirigida por Christy Cabanne y supervisada por el legendario D. W. Griffith.
La cinta mezclaba grabaciones reales de enfrentamientos en territorio mexicano con recreaciones dramatizadas, donde Pancho Villa no dudó en ponerse frente a la cámara para protagonizarse a sí mismo. Se trataba de un híbrido entre documental y ficción que buscaba mostrar la figura del revolucionario como un héroe internacional, al tiempo que servía de propaganda para legitimar su causa dentro y fuera de México.
El estreno de The Life of General Villa tuvo lugar en Nueva York en mayo de 1914, despertando la curiosidad del público estadounidense, que veía por primera vez en la gran pantalla a un personaje histórico en vida representando su propia leyenda. Sin embargo, la mayor parte de la película se considera perdida: hoy sólo sobreviven fragmentos sin editar, fotografías y materiales promocionales.
Más allá de su valor cinematográfico, el hecho de que Villa apareciera como actor en Hollywood revela su extraordinaria capacidad para entender el poder de la imagen y los medios de comunicación. Al prestarse a filmar, no sólo generó recursos económicos, sino que también consolidó su imagen como un líder popular y carismático, incluso fuera de México.
Aunque algunos críticos señalan que la película añadió elementos ficticios que distorsionaban la historia real, la incursión de Pancho Villa en el cine marcó un precedente único: fue el primer revolucionario convertido en estrella de la pantalla grande y, probablemente, uno de los pocos en la historia que se interpretó a sí mismo en pleno conflicto armado.
