MEDIDAS. La gober­na­dora Mar­ga­rita Gon­zá­lez Sara­via informó que se abrirá una casa de día para niños de la calle, a cargo del DIF esta­tal, para tener­los ahí con ali­men­tos, estu­dio y otros apo­yos.

Señaló que muchas veces los padres o tuto­res no quie­ren dejar la calle. Mar­ga­rita Gon­zá­lez tam­bién indicó que con la Fis­ca­lía se va a inves­ti­gar si el tra­bajo en los cru­ce­ros es volun­ta­rio o es resul­tado del delito de trata. No se sabe en este momento, dijo.

Por el momento, reha­bi­li­ta­rán una casa, pro­pie­dad del gobierno, para con­ver­tirla en casa de día y los niños pue­dan dejar de “tra­ba­jar en la calle”.

La cues­tión es hasta dónde puede lle­gar la volun­tad de las auto­ri­da­des, para garan­ti­zar que por su segu­ri­dad, los niños que ven­den chi­cles, maza­pa­nes, aguas, etc., sean aten­di­dos en esa casa de día. Parece ser un pro­blema mayor el de los cru­ce­ros.

EJEMPLO... de lo que pasa con los terre­nos comu­na­les y eji­da­les de More­los es la situa­ción expuesta con la supuesta pro­pie­dad del sena­dor Gerardo Fer­nán­dez Noroña.

No hay regis­tro en los libros del muni­ci­pio como pro­pie­ta­rio y así como él dece­nas en ese muni­ci­pio, donde se abusa, se depreda su riqueza natu­ral.

Habría que tener con­se­cuen­cias lega­les para todas las par­tes invo­lu­cra­das, auto­ri­da­des de todos los nive­les, cons­truc­to­ras y hasta los líde­res comu­na­les que con enga­ños o a sabien­das, per­mi­ten la inva­sión de las “áreas pro­te­gi­das”.

Vere­mos el desa­rro­llo de este caso de evi­dente vio­la­ción a las leyes y sus resul­ta­dos.

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