EN EL papel legal, el lunes 19 de abril arranca la carrera de campañas proselitistas para candidatos a presidentes municipales y a diputados, pero en la práctica hace un buen rato que muchos se robaron la salida. 
Tal vez lo anterior sea parte de la idiosincrasia del mexicano, luchón, que a todo le halla, se las ingenia, le busca la manera de bordear el terreno de lo prohibido para cumplir sus necesidades en todo terreno. 
El ingenio está en la forma de estar en la carrera proselitista, pero no parecer para efectos de cualquier sanción del árbitro electoral; es decir, los que serán candidatos ya se placean, como no suelen hacerlo. 

CIERTO, EN este proceso electoral las campañas serán como nunca se había visto, porque hay más ojo a los gastos y, sobre todo, porque la pandemia por el nuevo coronavirus pide seguir a “Susana Distancia”. 
Sin embargo, dicho está, el mexicano “le halla a todo”, y en este caso para buscar el voto no es la excepción: ya no se preparan los mítines multitudinarios, pero el trabajo de los aspirantes hace rato está en la calle. 
Hoy una línea de acción es identificar con la mayor certeza posible a los liderazgos de colonias, barrios y pueblos, para juntarse en alguna comidita o café y entrar al “cuántos votos te pueden dar y qué prometes tú”. 

LA OTRA gran línea de acción será en las redes sociales, en las que se pueden multiplicar los mensajes tanto como se quiera, pueda y tenga tiempo, en una fantasía de que se está ante miles de simpatizantes. 
De cierto, cualquier asomo a las “benditas” permite comprobar que ya está en pleno la carrera proselitista, disfrazada de actos sociales para los que el árbitro electoral no tiene capacidad de evitar en su totalidad. 
En el fondo, la dinámica electoral no ha cambiado, los que quieren una posición municipal o legislativa se lavan la carita, peinan y ponen trapos de ciudadano común, para lucir “votables”, en redes sociales o en cortito. 

DESPUÉS DEL domingo 6 de junio, como diría Joan Manuel Serrat en su canción “La Fiesta”: “…y con la resaca a cuestas, vuelve el pobre a su pobreza, vuelve el rico a su riqueza, y el señor cura a sus misas...”.

Por: E. Zapata / opinion@diariodemorelos.com / Twitter: @ezapata1

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