EL NUEVO XOCHIMILCO. De un par de años para acá es una escena común que la Avenida Plan de Ayala, de Cuernavaca, se inunde cerca del entronque con la Avenida Teopanzolco, con cada chubasco que cae.
En esta “alberca” se quedan vehículos varados y el tránsito peatonal se vuelve imposible, sin embargo, poco o nada han hecho las autoridades municipales para remediar esta situación.
Ayer precisamente se volvió a reportar esta situación y diversos encharcamientos se registraron alrededor de la capital, lo que puso de nuevo sobre la mesa el problema, cuyo origen sería la basura acumulada en las alcantarillas, según lo afirmaron autoridades de Protección Civil del Estado.
Bien sabido es que el ayuntamiento de Cuernavaca no ha sabido lidiar ni con la recolección de basura ni con el trabajo que realiza, en general, el Sistema de Agua Potable y Alcantarillado del Municipio de Cuernavaca (SAPAC) durante todo este trienio (Y así será en el siguiente si es que el reelegido José Luis Urióstegui no se pone las pilas).
Ergo, la responsabilidad de que Cuernavaca ya parezca más Xochimilco es del gobierno municipal. Sin embargo, el tema ya ni siquiera es quién tiene la culpa, sino cómo es que se pretende solucionar el problema.
Y justo ahí es donde nuevamente los funcionarios capitalinos dan muestra de incapacidad. O por lo menos así lo demuestran sus declaraciones, que más bien parecen ocurrencias.
Ayer salió la titular del SAPAC, Evelia Flores, a decir que el problema sólo se va a solucionar cambiando todo el alcantarillado de la capital, una obra que podría costar unos mil millones de pesos. ¿En serio? ¿De plano no hay algo más que hacer o sólo es justificación para que no solucionen?
