El trágico caso de la menor que murió tras ser atropellada sobre la Avenida Plan de Ayala, donde la tenían pidiendo limosna, comenzará a ser investigado por las Fiscalías Especializadas en Niñas, Niños y Adolescentes, así como en Delitos Sexuales y Trata de Personas.
El escenario en el que menores de edad “trabajan” en los cruceros se ha convertido en algo común en las calles, casi al grado de estar completamente normalizado.
El hecho de que haya casi siempre un adulto con ellos no hace menos grave el asunto, sin embargo, es hasta después de que ocurre una tragedia de este tipo que las cosas comienzan a verse como lo que son: niños y niñas siendo explotados de una u otra manera.
Aún cuando sean los padres quienes ponen a trabajar a sus hijos, esto en teoría se configura como un delito de trata de personas. Mucho más sin son otros “parientes” los que supuestamente están a cargo de los menores.
Resulta extraño además que muchos niños y mujeres que se encuentran en estas condiciones sean de origen indígena. ¿Cómo llegaron aquí? ¿Quién los trajo? O más bien... ¿Quién los está poniendo a trabajar en los cruceros?
¿Quién nos dice que detrás de estas personas que viven en la mendicidad no está una red organizada de trata de personas? ¿Qué es lo que está haciendo la Fiscalía al respecto? Son preguntas que necesitan respuestas urgentes.
Porque si la sociedad exige verdadera justicia para la pequeña inocente que perdió la vida, es necesario que se rasque hasta el fondo. Que se busque quiénes son los verdaderos responsables de que esa niña estuviera en el lugar y momento equivocados.
