AHORA SÍ que “éramos hartos y parió la abuela”, con eso de que se presenta ya en Cuernavaca oootro esquema de transporte público no colectivo, en la modalidad de solicitud y pago por los medios digitales.
Por supuesto, se prevé un nuevo choque, no de trenes, pero sí de los prestadores tradicionales del servicio y estos nuevos que vienen por una tajada de un pastel que desde antes ya le sobraban golosos.
Nada más hay que ver cuánto taxi anda libre por la ciudad, porque a menudo faltan clientes, como para esperar que además de los contados Uber que andan por ahí, hoy se agreguen nuevos competidores.
NO ES novedad que en la zona metropolitana de Cuernavaca los viejos taxistas enfrenten el embate de las nuevas opciones de este mundo globalizado, como es con la incierta y aún limitada operación de Uber.
Este choque no llegó a la violencia que se vio en la hoy CDMX, y hasta cierto punto taxistas libres, de sitio y Uber han entrado en convivencia, pero compartir el mercado con un nuevo competidor se dificultará.
DiDi se hace llamar ese nuevo competidor que ofrece el paraíso en el servicio en calidad y precio. Esto hará recordar aquel significado popular de la palabra “rabia”: que a una tamalera se le ponga otra enfrente.
SEGÚN LA nueva plataforma que se presume como “de movilidad inteligente”, Cuernavaca representa un mercado potencial de 3 millones de usuarios, que no equivale a la población residente, claro.
Con una oferta de seguridad y tarifas entre 10 y 15 por ciento más bajas que el transporte tradicional, es probable que los primeros le hagan un boquete al negocio de los segundos, en tiempos de crisis.
Justo ahora que prácticamente ningún taxista respeta la tarifa base oficial, será interesante ver la competencia comercial, lo que en teoría debería beneficiar al usuario en una vieja dinámica de oferta y demanda.
EN ESTE nuevo intento de transporte público en vehículos particulares será muy importante la intervención del árbitro, también la regulación, así como el mejor juicio de la sociedad que al final lo toma o lo deja.
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