Y VOLVIÓ la revista mecánica para los vehículos de transporte público, una necesidad que se vio interrumpida en el cambio de 2014 a 2015, cuando Manuel Santiago Quijano era titular de Movilidad y Transporte.
En esos días este personaje compartía que esa obligación para los concesionarios no sólo era una simulación, sino que además era un buen pretexto para la corrupción, en perjuicio doble para la sociedad.
Se resolvió echarla para atrás y la condición de los vehículos de transporte público no cambió, es decir siguió en malas condiciones en general, aunque ya no haya permitido el negociazo para unos cuantos.
AL REANUDAR la obligación de verificar las condiciones mecánicas de los automotores de uso público, de entrada, abre la probabilidad de que los usuarios corran menor riesgo de incidentes menores o mayores.
Es decir, de lo que se trata es que los concesionarios pongan en menor riesgo al público por las condiciones de los vehículos, lo cual ha de ser posible en la medida que el trámite no caiga otra vez en relajamiento.
Pedir una nueva generación de “rutas” y taxis impecable sería una verdadera inocentada, sin embargo al menos puede esperarse que se cumpla con las condiciones mínimas de servicio y al margen de la corrupción.
LA META de contar con un servicio de transporte público seguro y más o menos confortable está cuesta arriba, dado que supuestamente las utilidades de los concesionarios impiden hacer mayores inversiones.
Sin conceder ese argumento, porque se desconoce quién haya tirado la concesión por no ser negocio, la autoridad del sector tiene el reto mayúsculo de hacer que, otra vez, el gremio transportista no lo rebase.
En lo que va de la actual administración no se han visto acciones de rebeldía en forma de amenazas de marchas y bloqueos como protesta contra las autoridades, lo cual en principio representa un buen signo.
ANTE EL intento de poner orden en el servicio de transporte público, tal vez lo mejor que puede hacer el usuario común para contribuir es denunciar cuando encuentre deficiencias en la prestación. Así sea, pues.
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