Mientras las redes dictan que menos es más, la cultura mexicana sigue abrazando lo llamativo como símbolo de poder y pertenencia

El auge del llamado “lujo silencioso” y las estéticas asociadas al “old money” ha tomado por asalto redes sociales como TikTok e Instagram, marcando un regreso de la sobriedad, la neutralidad y la aparente sencillez como emblemas de riqueza y buen gusto. Sin logos, sin ostentación. Un suéter beige y unos mocasines discretos que, aunque parezcan simples, pueden valer más que un guardarropa entero.

Este fenómeno —cultural, aspiracional y profundamente clasista— propone que el verdadero rico “no necesita demostrarlo”. Pero, ¿es esto compatible con la estética y la cultura visual mexicana?

Cuando el lujo es discreto, pero el contexto no

En un país donde la moda históricamente ha sido colorida, llamativa y cargada de simbolismo, el discurso del minimalismo elitista parece chocar con las raíces. Desde los trajes charros bordados hasta los vestidos de XV años con más capas que una cebolla emocional, la moda en México grita, literalmente.

Incluso figuras que podrían encarnar el “lujo discreto”, como Carlos Slim, el hombre más rico del país, parecen ir en contra de esta narrativa. Slim, con su eterno saco gris, zapatos cómodos y camisas sin diseño, no se viste “bien” bajo los estándares internacionales... ni falta que le hace. En lugar de lucir marcas, proyecta poder a través de su presencia, no de su outfit.

¿Moda o disfraz aspiracional?

La estética "old money" no sólo habla de ropa; comunica privilegios heredados, acceso a educación exclusiva, viajes internacionales, propiedad de tierras, redes de poder. En ese sentido, cuando alguien intenta replicarla solo con ropa de Zara en tonos crema, lo aspiracional se convierte en disfraz.

Mientras tanto, en México el lujo sigue teniendo otra expresión cultural: autos ostentosos, logos visibles, fiestas grandes, brillo, color, música a todo volumen. La discreción no siempre comunica riqueza; a veces, solo parece descuido.

El filtro de lo inalcanzable

En redes, los videos de how to look rich without being rich o old money aesthetics tienen millones de visualizaciones. El algoritmo premia el contenido que emula a la élite sin hacer ruido, aunque en la práctica el “lujo silencioso” no siempre se traduce bien en un país con realidades tan contrastantes como el nuestro.

En barrios donde aún se mide el éxito por la cantidad de oro en el cuello o el tamaño del pantalón vaquero con bordado de dragón, pedirle a la cultura visual mexicana que “baje el volumen” es como pedirle a un mariachi que toque piano.

Reflexión final

Tal vez la verdadera riqueza en México nunca será silenciosa, ni quiere serlo. Aquí, la moda no es minimalista: es identidad, resistencia, alegría, orgullo, y a veces, exceso. Y está bien.

El lujo silencioso, al final, no es más verdadero que el estridente. Solo es distinto. Lo importante es entender desde dónde se construyen estas tendencias y qué papel juega la cultura local en su apropiación o en su rechazo.

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