Cuernavacense por adopción, apunta, que si le dieran un Lugar para vivir el resto de su vida, sin duda escogería Cuernavaca.

Hombre de a caballo, haciendo una suerte con un novillo se le rayó el caballo y el cigarro que traía en la boca se le metió por la nariz quemándolo.

Desde entonces dejó de fumar pero jamás ha dejado la charrería.

Le gustaba el alpinismo, el beisbol, y otros deportes.

Hijo de militar y madre maestra normalista, Manelik Ramírez Coronel nació el 22 de marzo de 1934 en Santiago Ixcuintla, Nayarit debido a que el batallón de su padre, el Capitán Primero, Rodolfo Ramírez y Ramírez fue enviado de Tepic a Santiago y ahí fue donde vio su primera luz, regresando al poco tiempo a Tepic.

A su madre la Maestra egresada de la escuela normalista de Tepic, doña Albina Coronel, le gustaba la poesía.

Siendo una magnifica declamadora y amante de la poesía, escogíó el nombre de su primogénito del poema Antonio Mendiz Bolio “Manelik”.

Procrearon dos hijos: Manelik y Zoila Patria.

A la edad de dos años, Manelik llegó con su familia a Nayarit, debido a que la guerra se terminó, el Ejército mexicano ya no necesitó enviar tropas a Europa, Por lo que su padre, don Rodolfo

Ramírez, fue enviado por el Ejército desde Santiago a Nayarit y de ahí reasignado a la 24ava.

Zona Militar con base en la Ciudad de la Eterna Primavera: Cuernavaca.

Manelik y su hermana ingresaron a la primaria Benito Juárez en el centro de la ciudad, luego él fue cambiado a la secundaria Federal No.

5 Revolución Social, en los altos de la primaria, la que se cambió al nuevo local en la esquina de la calle Madero y Pericón la que se llamó Secundaria federal No.

1 Froylán Parroquín García.

Donde inició su afición por el beisbol, practicando en el Parque de La Leona, actualmente Parque Miguel Alemán.

Deportista de siempre, se aficionó también al alpinismo haciendo viajes al popo y el Ixtla e incluso a finales de los años 50 dio clases de Educación Física en el Instituto Suizo Americano, propiedad de la familia Rudisuli y posteriormente de la familia Verdugo.

Inició su vida laboral en el famoso despacho contable Iñesta, Cansino y Cía., donde empezó como cobrador en bicicleta y de ahí pasó a laborar a la famosa fábrica de hilados, Textiles Morelos a cargo del ingeniero Juan Dubernard, en donde conoció al maestro y paisano nayarita Fermín Tovar “el profe” y al ingeniero Fausto Gutiérrez Aragón, quien fue rector de la UAEM y trajera de Europa la primera “Universidad A Distancia”.

En 1958 Manelik inició sus estudios medio superior en la preparatoria ubicada en la calle Morelos centro y que también albergaba a la Escuela Normal de Maestros, ahora Museo de Arte Indígena.

Ahí conoció a la entonces estudiante y después maestra, Gloria Acevedo González con quien inició su noviazgo que terminó en una linda fiesta de bodas en 1959.

El matrimonio Ramírez Acevedo procreó cuatro hijos: Manelik, Rebeca, Gloria y Rodolfo, familia muy unida, de la cual han nacido tres nietos: Becky, Manelik y Sebastián y una bisnieta de nombre Regina.

Manelik llevaba con frecuencia a su familia a Acapulco y también viajaban a Cuautla donde iban a “Los limones”.
 Salía a cazar con sus hijos al sur del estado, principalmente huilotas y les enseñó a espantarlas y a tirarles en el aire.

Su hijo Manelik estudió Administración de Empresas y tiene un Doctorado en Ciencias Políticas y Sociales; está casado con Leonor Apática quien es Maestra en educación media superior y superior.
 Procrearon dos hijos: Manelik y Sebastián.
 Su nieta, Rebeca tiene una maestría en administración, se llama como Becky su mamá, y se lleva muy bien con sus abuelos.

Gloria es maestra de preescolar y profesora en el “London Shcool” y Rodolfo el pequeño, trabaja desde hace varios años en la Secretaría de Salud y estudia Administración en la UMED.

Manelik en los años 60, continuó ejerciendo su afición por la pintura de caballete, pasando por diferentes técnicas desde el dibujo al carbón, al pastel, la acuarela y finalmente con la pasión de toda su vida: El Oleo, prefiriendo por lo general el paisajismo.

En esa década fue llamado a prestar sus servicios en la Fábrica de Capacitadores en Alpuyeca, Morelos llamada Electrocap, donde llegó a ser Gerente General y fue el encargado de trasladar en los años 70 la fábrica a la recién fundada Ciudad Industrial del Valle de Cuernavaca (CIVAC) donde, en compañía de otros industriales fundaron la Asociación PROCIVAC, que hasta la fecha funciona en beneficio de los industriales.

Por la misma época formó parte del grupo fundador de la Asociación de Industriales de Morelos y de la Asociación de Industriales de San Juan del Río, Querétaro Estado donde se expandió la empresa, ahora con el nombre de Novacap.

Manelik no deja de ser un deportista por convicción.
 Le gusta el tenis, el que acostumbraba a jugar en las canchas del Callejón Borda, donde compartía mesa con don Paulino Orraca, sus hijos Pepe y Pony, con don Carlos Sedano, Con don Carlos Tenorio, con el famoso maestro Benigno (Benny) en las canchas de los hermanos Tenorio y después en las mesas de tenis de los Go Karts.

Incursionó en la charrería y continúa considerándose hombre de a caballo.
 Inicialmente perteneció a la Asociación de Charros de Vista Hermosa, donde compartía suertes con Memo Oropeza, Benjamín Ruíz Von Salis, los hermanos Milín y Chicolín junto a su padre don Raúl Maldonado, junto con El Pillo Huerta, el gran amigo don Luis Marín, Javier Rivera, Luis Alonso y muchos otros, con los que fundaron la Asociación de Charros del Valle de Cuernavaca, iniciando en el Lienzo del Charro de Cuernavaca y continuando con el proyecto de la plaza de toros El Capote.

Más adelante se interesó por las motocicletas y dejó los caballos temporalmente.
 Ahí compartió sus paseos con el grupo de Raúl Valdez, con el señor Rubí y con el siempre audaz Pedro Hurtado.
 Pero esa afición se le quitó al poco tiempo, ya que por una derrapada de la máquina a la primera caída se sangró una pierna y ahí se le quitó lo emocionado.
 Pero el poco tiempo que la tuvo la gozó como nunca se llegó a imaginar.
 Todos eran vecinos de la calle Caracola.

En los años 80 a invitación de don Ernesto Ruffo, inició su carrera de refresquero al incorporarse al grupo “Escorpión” de la Pepsi Cola en Iguala como Gerente General y posteriormente en Cuernavaca.
 Más tarde, junto a su hijo Manelik, iniciaron su labor altruista dentro del Club Rotario Cuernavaca Oriente, donde fue miembro y llegó a fundar el Club Rotario Obregón y ahí permaneció por más de veinte años.
 Su esposa Gloria, sigue siendo Dama Inner Wheel, quienes todos los días apoyan a personas de bajos recursos.

Manelik es un hombre reservado, buen amigo, honesto, trabajador, gran empresario y un entregado padre de familia, por lo que cuenta con todo el respaldo y reconocimiento de los cuernavacenses.

Manelik Ramírez Coronel con su distinguida esposa La maestra Gloria Acevedo González.

Por:  Rafael Benabib / rafaelbenabib@hotmail.com

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