Puede parecer reiterativo, pero no lo es. La llegada del verano y la protección de la piel van unidos y repetir los mensajes en este sentido nunca está de más.
¿Cuántas veces hemos visto en la playa o la piscina a alguien “rojo como un cangrejo”.
Y al volver de vacaciones ¿no hemos presumido de las marcas que nos ha dejado el bañador en la piel quemada después de tostarnos al sol?
Estos excesos a la larga pasan factura. La piel tiene memoria y guarda todo ese tiempo que hemos estado bajo el calor del sol a lo largo de nuestra vida.
La piel es el órgano más grande del cuerpo humano, puede llegar a pesar 10 kilos y medir 2 metros cuadrados. Su función es proteger al organismo de posibles daños externos.
Es sensible al dolor, al tacto, a la presión y a la temperatura. Produce melanina, un pigmento químico que sirve como defensa contra los rayos ultravioleta.
Los rayos ultravioletas (UV) son de dos tipos, UVA y UVB. Los rayos UVA hacen que la piel envejezca. Los UVB la pone morena y puede provocar cáncer. Y, aunque el día esté nublado es necesario resguardarse del sol, ya que las nubes no detienen estos rayos.
Así pues, mejor prevenir que llorar. En verano debemos proteger la piel de los efectos del sol para evitar consecuencias a largo plazo. Es muy importante saber que la piel es extremadamente sensible a las quemaduras solares.
La doctora Lorea Bagazgoitia, dermatóloga, explica que “uno de los factores que más perjuicio puede hacer sobre nuestra piel son las quemaduras. Cualquier grado de rojez en la piel tras una exposición al sol sin protección adecuada es una quemadura solar. Esa rojez de los primeros días que generalmente menospreciamos, nos dejará la piel marcada para siempre”.
Cuando se habla de proteger la piel, la primera imagen que entra en nuestro pensamiento es la de crema solar. 

Consejos
Para evitar daño en la piel,   utilizar siempre un factor de protección solar (FPS) máximo. El FPS 50+ es el más apropiado pues bloquea hasta el 98 por ciento de los rayos UVB, los que más frecuentemente causan cáncer de piel.

"Las horas de sol sin protección o las quemaduras solares sucesivas sobre nuestra piel empeoran su salud, propiciando no solo las manchas y las arrugas, sino también la aparición de cáncer de piel.” Lorea Bagazgoitia, dermatóloga

Fuente:EFE/Agencia

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