A Adriana Estrada Cajigal, 

in memoriam.

1. Si revisamos el reconocimiento que se le ha dado a las creadoras en la historia del arte, le quedamos debiendo miles de textos a quienes muchas veces de manera anónima, le han dado brillo a las colecciones públicas y particulares de arte. Las investigaciones especializadas en este rubro nacen pasada la primera mitad del siglo XX, cuando Linda Nochlin se pregunta por qué no hay grandes artistas en la Historia del Arte y Judy Chicago y Miriam Schapiro instalan el programa de arte feminista en CalArts, en Los Ángeles, en 1971. 

De este punto parten las críticas de arte Karen Cordero Reiman y Mónica Mayer, quienes han dedicado su vida al rescate y publicación de textos sobre artistas mexicanas. Para ellas un abrazo solidario por haber subido información a Wikipedia sobre artistas, historiadoras y gestoras este fin de semana, por cuarta ocasión, durante el evento titulado Editatona, en el MUAC de la UNAM.

2. En Morelos la situación es más compleja de lo que parece, no sólo porque no existe una organización dedicada a la investigación constante del trabajo de las mujeres dedicadas a la cultura -sí esfuerzos aislados y un grupo de feministas sólidamente formadas-, sino porque las propias mujeres no creemos que nuestro trabajo merezca ser documentado y archivado correctamente. 

Todavía pesa en nosotras aquella creencia de que nuestro trabajo es menor al de los varones, porque nos tenemos que dedicar también a cuidar a los hijos y las labores del hogar. Mónica Mayer maneja muy bien las cifras de cuánto menos se expone el trabajo de las mujeres en museos y cuánto menos se cotiza la obra de arte producida por mis congéneres en el mercado del arte. Cada vez que pienso en esto me acuerdo de aquel zonzo (no me quiero acordar de su nombre, pero está vinculado a la Academia de San Carlos), que dijo, hace cerca de un siglo, que la pintura de mujeres era igual al bordado, simple entretenimiento, devaluando al mismo tiempo ambos oficios. 

3. Uno de los casos de poca valoración en nuestro estado es el de nuestra querida  ADRIANA ESTRADA CAJIGAL, desaparecida hace unos días. Adriana fue comprometida cronista, traductora, escritora y defensora de nuestro patrimonio. Poco la vimos los últimos tres años, se fue apagando, así discreta como era. Adelgazó mucho, fue quedándose calladita y cuando la veíamos caminar por el centro de Cuernavaca, su paso lento nos anunciaba un aminoramiento de fuerzas, simbólico del devenir del trabajo cultural femenino en el mundillo de los historiadores y cronistas morelenses, dominado por varones. Carlos Lavín publicó este sábado un hermoso texto de Adrianita en las páginas de este diario. No se lo pierda, querido lector. 

Ojalá Lya Gutiérrez Quintanilla, cabeza del Seminario de Cultura Mexicana capítulo Morelos, reconozca este hecho en el prólogo del libro que le ha costado tanto trabajo publicar, por fin próximo a nacer.

4. Actualmente hay un montón de artistas, promotoras y gestoras tratando de abrirse las puertas de museos, galerías, centros culturales, editoriales, fundaciones e instituciones públicas y privadas en nuestro estado y en el mundo. A algunas de ellas las menciono hoy aquí: 

Pili Hinojosa exhibirá su trabajo pictórico este viernes en el MUCIC, a las 17 horas; Isadora Escobedo llegó para hacer historia hace unos días como directora del Centro Cultural Los Chocolates; Ana Rojas expone hasta fines de mes en la galería de Thomas Flechel (CDMX) y estrenará talleres en la nueva ubicación de LAMULI (Privada de la Pradera 52); Sandra del Pilar está siendo reconocida como pintora en Alemania, por haber recibido el Premio a la Cultura de la Ciudad de Hamm; Carmen Rosa Vega no se rinde y sigue promoviendo artistas en su Galería NM (Rayón y Comonfort), mientras Beatriz González hace lo propio en la Galería BAAN de Acapantzingo -aunque saben que el mercado el arte es raquítico en Morelos-; Griselda Hurtado, sigue poniendo el ejemplo como coleccionista de arte morelense; la escultora Miriam Pérez salió recientemente a recibir reconocimientos a España; María Luisa de Mateo impulsa, como nadie más lo ha hecho, el trabajo de Amigos de la Música y le prepara un merecidisimo homenaje a su fundadora, Shikeko Watson, en colaboración con la reconocidísima pianista Silvia Navarrete. ¿Qué más? Que si no nos echamos porras entre nosotras y seguimos esperando la mirada masculina estamos fritas. ¿No creen, chicas? FIN

 

Por: María helena gonzález

helenagonzalezcultura@gmail.com

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