El informe titulado "El rompecabezas de la sismicidad del poniente de la Ciudad de México" revela que la acumulación de tensión regional, el hundimiento del valle de México y la recarga del acuífero que abastece a la zona metropolitana son algunos de los efectos relacionados con esta actividad sísmica.
Los expertos también sugieren que los sismos de mayor magnitud en la costa podrían estar contribuyendo al desequilibrio sísmico local, actuando como precursoras de estos microsismos.
Durante el estudio, se instalaron estaciones de registro sísmico con sensores de velocidad y aceleración, lo que permitió relocalizar los epicentros de los microsismos. Además, se descubrió una grieta de más de un kilómetro de longitud en la zona de Mixcoac, conocida como la falla Plateros-Mixcoac.
Aunque esta falla ya se había sugerido en el mapa de riesgos de la Ciudad de México, nunca se había confirmado hasta ahora mediante la identificación de epicentros y desplazamientos verticales.
Los especialistas advierten que las dimensiones y el potencial de la grieta aún están bajo investigación, ya que su impacto en las construcciones no ha sido cuantificado. Esto plantea la necesidad de actualizar las acciones de diseño y las normativas de construcción en la zona afectada.
El equipo de especialistas, liderado por Leonardo Ramírez Guzmán y Moisés Contreras, continuará monitoreando la evolución de la falla y estimando su impacto en la infraestructura urbana. La información recopilada será crucial para implementar medidas de seguridad y actualizaciones normativas que mitiguen los riesgos sísmicos en la Ciudad de México.