Seguramente más de una vez escuchaste: “¡No se dice ‘¿qué?’, se dice ‘¿mande?’!”. Esta corrección, típica de padres y abuelos, ha acompañado a generaciones en México, marcando una forma de responder que muchos consideran más educada y menos ruda que un simple “¿qué?”.

 

Sin embargo, el su uso ha disminuido en las nuevas generaciones, el “¿mande?” sigue muy presente en la vida cotidiana. Para los mexicanos, es una respuesta natural al ser llamados, pero para muchos más resulta curiosa, incluso con un matiz de sumisión.

 

¿De dónde viene el término “mande”?

Existe la creencia de que esta expresión se originó en la época colonial, cuando las clases sociales más bajas debían responder con obediencia a la nobleza. Sin embargo, no hay pruebas documentales que confirmen esto. Investigaciones como las de la lingüista Concepción Company, miembro de la Academia Mexicana de la Lengua, han demostrado que no existen registros de su uso en documentos coloniales.

 

Lo que sí se ha encontrado en textos antiguos son frases como “mande a decir” o “mande solicitar”, usadas en contextos administrativos, pero nada que relacione el “mande” como respuesta directa y cotidiana a un llamado de atención.

 

Más respeto que sumisión

Los especialistas coinciden en que el “¿mande?” no debe interpretarse como un acto de sumisión, sino como una forma de mostrar respeto y cortesía en la conversación. Según Company, este uso es similar a otras expresiones en español que vienen de verbos y que se usan de manera coloquial, como el “¿vale?” en España o el “¿viste?” en Argentina.

 

Incluso en regiones de España se usaban expresiones como “mani’m” (mándeme) o “mana?” (¿mande?), sin que eso implicara sumisión. Se trataba, simplemente, de una costumbre lingüística.

 

¿Debe dejar de usarse?

En la actualidad, hay quienes promueven evitar esta expresión, argumentando que es importante enseñar a los niños a ser asertivos y conscientes de su poder de decisión. Sin embargo, expertos en lenguaje señalan que eliminar el “mande” por considerarlo sumiso es un error de interpretación.

 

“Los mexicanos no lo dicen por sumisión, lo dicen por respeto. Y eso es algo muy distinto”, afirma Company.

 

Una seña de identidad mexicana

Más allá de debates, el “¿mande?” forma parte de la identidad del español mexicano. Es una expresión que, aunque evolucione o se use menos, sigue viva en la forma de hablar de muchas personas. No es una anomalía ni una muestra de obediencia ciega, sino una forma de comunicación cercana, educada y respetuosa.

 

Y sí, tal vez para algunos suene extraño o anticuado, pero en México, decir “¿mande?” sigue siendo, ante todo, un gesto de cortesía.

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