Zane Powles es considerado un héroe, pues es un maestro que camina más de ocho kilómetros al día para llevar almuerzos a niños pobres durante la pandemia por el coronavirus (COVID-19).

Desde el 20 de marzo, día en que cerraron las escuelas, Zane lleva entregados 75 almuerzos.

El recorrido le toma al hombre de 47 años una hora con 45 minutos. Su procedimiento es el siguiente: llega a la casa donde vive el niño, toca a la puerta, deja la bolsa con el almuerzo en el piso y espera a “sana distancia” para que le reciban la comida.

Dice que la mayoría de los padres respetan las medidas de distanciamiento social.

Zane, quien trabaja en la Escuela Primaria Western de Grimsby, Lincolnshire (Inglaterra), explica a The Sun su motivación para tan noble empresa: “Es para asegurarme que los niños vulnerables tengan una comida decente”.

“Es lo correcto”, dice el heroico profesor que toma como ejemplo a la gente que arriesga sus vidas para entregar medicinas.

“Es importante que ponga mi granito de arena en el esfuerzo nacional mientras pasamos por esta crisis juntos como país”.

Zane decidió tomar esta medida para evitar que los padres de familia vayan a la escuela y se contagien del coronavirus.

“No valdría la pena usar un coche o una bicicleta, de este modo puedo interactuar con la gente mientras lo hago”, explica el profesor.

El hombre vive con sus tres hijos: Jai de 23 años, Bailey de 21, y Emil de 19.

“Cuando se volvió del dominio público (la entrega de almuerzos) hace una semana, la gente empezó a salir de sus casas a felicitarme mientras hago las entregas”.

Zane no está solo en su recorrido. La directora ejecutiva Kim Leach junto con un staff de maestros reparten los 25 almuerzos restantes a los niños.

“Estamos muy orgullosos. Él es una superestrella que honra a la escuela y a la autoridad local”, declaró Leach.

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