En Chetumal, Quintana Roo, un caso de crueldad y engaño ha estremecido a cientos de familias.
El negocio Casa Xibalbá, que durante años ofreció servicios de cremación de mascotas con el lema “un adiós digno para tu compañero”, resultó ser el centro de un fraude que hoy mantiene a sus dueños bajo investigación por maltrato animal y fraude agravado.
Un terreno lleno de restos y dolor
Todo salió a la luz hace unos días, cuando vecinos de la colonia Barrio Bravo, sobre la avenida Primo de Verdad, denunciaron un fuerte olor proveniente de un lote baldío cercano al crematorio.
Las autoridades descubrieron ahí más de 150 cuerpos de perros y gatos, muchos aún dentro de bolsas con etiquetas que correspondían a las mascotas que sus dueños habían llevado a “cremar”.
Las escenas fueron desgarradoras: dueños reconociendo los collares, juguetes o mantas con las que habían despedido a sus animales. Frente al terreno, comenzaron a colocar veladoras, flores y fotografías, transformando el sitio en un altar improvisado.
El negocio del engaño
La Fiscalía General del Estado (FGE) confirmó la detención de Guillermo Alejandro “N”, propietario del establecimiento, y de Briseidy “N”, administradora, quienes serán procesados por fraude, delitos contra la fauna y medio ambiente.
De acuerdo con las primeras investigaciones, el crematorio nunca realizó cremaciones reales.
Los cuerpos eran abandonados en predios cercanos, mientras que a los clientes les entregaban urnas con tierra o arena a cambio de sumas que iban desde mil 500 hasta seis mil pesos.
Las autoridades detallaron que el negocio no contaba con licencias sanitarias ni permisos municipales, y que los hornos “funcionales” eran solo un montaje.
Testimonios de tristeza e indignación
Candy Albores, una de las afectadas, relató entre lágrimas:
“Mi gata Candace murió de cáncer. Confié en ellos porque decían que hacían cremaciones ecológicas… hoy no sé dónde está su cuerpo. Siento que me robaron una parte de mi vida.”
Casos como el suyo se repiten una y otra vez. Hasta ahora, la FGE ha recibido más de 80 denuncias formales, aunque se estima que más de 500 familias podrían haber sido víctimas del fraude.
Un llamado a la regulación
El caso de Xibalbá ha generado un debate nacional sobre la ausencia de regulación en los servicios funerarios para mascotas, un sector en crecimiento que aún carece de normas sanitarias y supervisión.
Organizaciones animalistas y ciudadanos han exigido a las autoridades establecer un registro oficial y controles ambientales que eviten que casos como este vuelvan a ocurrir.
Mientras tanto, en el Barrio Bravo, el terreno donde aparecieron los cuerpos se ha convertido en un memorial silencioso. Cada vela encendida recuerda una historia de amor traicionada, y un último adiós que nunca fue real.
