Entre Tamaulipas, Coahuila, Nuevo León y  Aguascalientes, están echando la casa por la ventana al comprar tiempo en televisión para sus programas de más de una hora diaria de las cuatro a las cinco de la tarde; haciendo publicidad de las vacunas para los ciudadanos de sus  propios estados, minimizando las vacunas que ya están llegando a todo el País.

El grupito de gobernadores del norte y centro del País que se quería separar de la federación porque se creían muy ricos e independientes, comenzó a faltarle al respeto al presidente Andrés Manuel López Obrador y como salió publicado en la prensa:

El gobernador de Chihuahua señor Parral le negó el agua del Río Bravo que tenía que entregar por su compromiso con la federación del Tratado del siglo pasado, firmado por el gobierno de México y los Estados fronterizos con los Estados Unidos, al que le debía varios miles de litros cúbicos que cada año tenía que entregarle al estar entre los estados limítrofes con EEUU. Pero parece que el gobernador Parral guardaba esa agua para los grandes agricultores del norte de su Estado.

Rodríguez Calderón, “El Bronco” de Nuevo León siempre ha estado en contra de López Obrador y con ese cuentan, junto al empresariado, al Instituto Tecnológico de Monterrey y al Yunque (lo más reaccionario que hay en México), quienes sólo piensan en sus intereses personales. Hasta parece que los habitantes no existieran y que estos mandatarios estuvieran contra su país. 

Le sigue Jalisco, cuyo gobernador Enrique Alfaro ya se autonombró candidato presidencial para cuando saquen a Andrés Manuel López Obrador de la presidencia de una forma o de otra. Nada más está esperando para montarse en la silla cuando le toque.

También Sinhue Rodríguez Vallejo de Aguascalientes, José Rosas Aipuro el de Tamaulipas, Javier Cabeza de Vaca y el de Querétaro, Francisco Domínguez Servín, así como el de Guanajuato Sinhue Rodríguez Vallejo, que quieren ser como Texas y adherirse a la Unión Americana, pero para eso necesitan hacer una guerra de secesión, aprender su himno, su historia y jurar por la bandera de las barras y las estrellas.

Y ahora qué van a hacer los gobernadoras con tantas vacunas que compraron por todo el mundo, porque les ha de haber sido muy difícil traérselas en los aviones particulares que tienen ya que están llenas de hielo para que no se echen a perder y que les costó un poco más hacer cola en la fábrica de vacunas Pfizer o quizás fueron a Holanda a conseguir la AstraZeneca porque es un poco más barata. Pues no creo que les hayan vendido la Sputin V porque Rusia está muy lejos y las están empaquetando para ponerlas a la venta a la entrada de la Plaza Roja en Moscú.

Deben de haber hecho muchos viajes porque el millón y medio de dosis las venden bien empaquetadas y no cabrían en el los pequeños jets de lujo para ir al golf más de 100 vacunas. Pero en fin, quien se las va a poner, donde las van a guardar mientras les avisan a sus habitantes que ya las tienen en su poder, porque la de menos es apilarlas en el kiosko de Guadalajara, en el de Monterrey y en el de Chihuahua y que no se amontone la gente porque se pueden contagiar o sea que hay que guardar distancia, llevar tapabocas e ir bien desayunados antes de ponérsela. Ora que si no tienen pa’ desayunar, que se esperen a que llegue el otro vuelo a ver si trae comida. 

Por qué no le piden prestado a López Obrador el avión presidencial donde pueden caber todas las cajas de vacunas; al cabo ni lo está usando. Y si el instructivo del avión viene en inglés cómo le van a hacer sin un traductor. Aunque alguno ya sabe inglés porque los papás los mandaron a un colegio de Estados Unidos a prepararlos como a los presidentes, Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, quienes fueron impuestos por los vecinos del norte.

A Salinas de Gortari le enseñaron como vender a todo el País, cosa que ya había comenzado Miguel de la Madrid, pero dicen que Salinas no vendió el País, sino que lo compró, sólo puso a presta nombres. Luego vino Ernesto Zedillo el que con un golpe de suerte o diríamos con unos balazos de suerte contra Colosio, porque nadie sabe quién lo mato, lo mandó matar ni por qué, pero a Zedillo lo hicieron presidente y lo único que hizo fue destruir la red ferroviaria de México y organizar el IFE o INE o como se llame, Lorenzo Córdova que sólo sabe sobrepasarse en sus funciones y quiere mandar a que se nombre boletas con igual número de hombres y mujeres de cada partido que se registre, tomándose atribuciones que fueron sancionadas por la Suprema Corte Judicial Electoral de la Federación, al querer acallar las conferencias de prensa del Presidente Andrés Manuel López Obrador que pasan por televisión llamadas “Las Mañaneras”.

Después llegó a la presidencia de México un oscuro personaje que trabajaba para una  embotelladora de refrescos azucarados en México y en Centroamérica al partido político Acción Nacional, (PAN), el más reaccionario del País y el presidente Zedillo del PRI es el primero en reconocer su triunfo antes de que salieran los resultados de las votaciones. Este señor Fox trató de privatizar el petróleo pero no tuvo tiempo de hacerlo. Él fue quien quiso desaforar al Jefe del Gobierno de la Ciudad de México, Andrés Manuel López Obrador sin éxito. López Obrador era candidato a la presidencia de México por el partido PRD contra el candidato del PAN Felipe Calderón quien ganó con menos del 0.56% como sucesor a la presidencia de nuestro País, lo que se supo que fue un robo por parte del PAN, contando con el visto bueno de la embajada de Estados Unidos en México y del INE.

Lo único que logró Calderón fue robarse muchos millones de pesos del erario y hacer la guerra a los narcotraficantes para que Estados Unidos fuera el único controlador de la droga que entra hacía su País, el que es el más grande consumidor de drogas en el mundo. En esa guerra murieron 200 mil gentes entre soldados mexicanos y personas que no tenían nada que ver ni con los narcos ni con los soldados.

La entrega de la presidencia al PRI a manos de Enrique Peña Nieto gracias a la ayuda económica prohibida por la ley electoral, pero el Instituto Nacional Electoral (INE) no permitió que se investigara el origen de ese enorme gasto en publicidad, en compra de votos, en regalos a votantes y sobre todo a las miles de personas ya fallecidas. Peña Nieto dejó a México en la completa inopia.

En fin, el único problema que van a tenar los gobernadores será cómo liquidarlas, pues sabemos que no sacarán dinero del erario y va a tener que pagarlas con lo ganando como gobernadores, con el sudor de su frente.  

Por:  Rafael Benabib / rafaelbenabib@hotmail.com

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