Ahora que ya tenemos un nuevo vecino Presidente de los Estados Unidos de América, el señor Joseph (Joe) Biden, esperamos llegar a tener muy buenas relaciones con él y con las promesas de afianzar los lazos con sus dos vecinos y con el resto del mundo que tan deterioradas dejó el de mala conducta de su pasada administración en general: Donald Trump. (a quien en unos días más lo van a sentar en el banquillos de los acusados por “Incitar a la Insurrección”, “Traición a su patria y a su juramento ante la biblia”, etcétera.) 

Mencionamos al vecino porque queremos ser buenos vecinos y de al lado porque aunque sea un barbarismo también es el de al lado, ya que la política Del Buen Vecino funciona mientras nosotros somos los buenos, ellos nada más son los vecinos.

El presidente Biden ha firmado una orden donde especifica que no solamente vacunarán a los inmigrantes que ya tienen tiempo en Estados Unidos, sino que también a los mexicanos ilegales a quienes les piensa dar asilo.

Por otra parte ya firmó otro decreto de que se suspendio la continuación del muro que quería terminar Trump entre México y Estados Unidos, para evitar el paso de indocumentados al vecino País del norte.

Este muro fue comenzado durante la presidencia de Bill Clinton y desde entonces, cada presidente ha colocado un pedazo de muro hasta llegar desde el presidente Bill Clinton, hasta Donald Trump, cerca de 700 kilómetros de un total de 3,160 Kilómetros de frontera que México tiene con su vecino del norte. 

Donald Trump hizo público que él había hecho el muro, pero se sabe que desde 1961, cada presidente, demócratas o republicanos pusieron un porcentaje, a veces a petición de los gobernadores. Donald Trump es quien más kilómetros construyó y estuvo a punto de continuar con el dinero de las fuerzas armadas de su País, hasta que el presidente Joe Biden le puso el alto al enorme gasto que eso seguiría costandole a los Estados Unidos.

Entre los planes que tiene el presidente Andrés Manuel López Obrador para el asunto de la energía eléctrica en México, está la recuperación de la industria eléctrica o por lo menos el lograr que los usuarios de dichas fuentes de energía lleguen a pagar impuestos por el derecho de vender dicho producto a la Comisión Federal de Electricidad (CFE), la que tiene la obligación constitucional de manejar todos los tipos de energía que se produzcan en el País, sin subestimar a los inversionistas mexicanos o extranjeros.

En ese punto, el presidente Biden quiere, al igual que el presidente López Obrador, entrar en pláticas, arreglos y puntos de vista por las inversiones que sus coterráneos tienen en México, aunque en el Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-mec) está estipulado que todas las fuentes de energía estarán dentro de su absoluta soberanía y sus dirigentes podrán hacer todos los cambios constitucionales que el Congreso, las demás fuerzas políticas y el pueblo acepten.

 

Los inversionistas españoles cuyas matrices se encuentran en la Península Ibérica, son los concesionarios y dueños de contratos leoninos sobre la energía en México y están funcionando fuera de la ley, ya que tampoco pagan impuestos y están a su nombre como las energías limpias, “que son las más sucias de las energías limpias”. 

 

Entre ellas están la energía eólica y la solar. Existen otras fuentes de energías como las hidroeléctricas y las nucleares, mientras que para hacer funcionar a las termoeléctricas, es preciso edificarlas junto al mar, cerca de algún río o al lado de una laguna, porque se usan miles de metros cúbicos de agua para echarlas a andar. Las petrolíferas necesitan estar, tanto en el mar como en la tierra.

 

 Las de energía nuclear son terriblemente peligrosas como las de Lázaro Cárdenas, Las Truchas el reactor nuclear que sólo trabaja al tres por ciento de su capacidad, donde hace unos años hubo un pequeño accidente que pudo haberle costado miles de muertes al País, como Chernóbil en Ucrania, el Tree Mile Island en Pensilvania, Estados Unidos, el de Japón, Fukushima, donde Tokio no ha podido encontrar el origen, el Vandellos en Terragona, España, el Chalk River en Otawa, Canadá y muchos otros en Estados Unidos, Japón, la entonces Unión Soviética y varios más de 1961 hasta 2008. Desde esa fecha no se ha escuchado de más accidentes pero de seguro en los reactores nucleares que hay por todo el mundo los ha habido.

Para que las plantas de energía “limpia” funcionen, como por ejemplo la eólica es necesario usar miles de hectáreas de terreno en cielo abierto. Hay que cortar todos los árboles, se necesitan planicies donde no haya vegetación, donde el ganado tenga que desaparecer al igual que los sembradíos y que se hacen pozos profundos y el ruido de sus turbinas no deja vivir a ningún ser humano a miles de metros a la redonda. Sin embargo, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto cuando fueron presidentes de México, entregaron esas tierras mencionadas en Oaxaca, Veracruz y otros estados sin que los concesionarios, hasta la fecha y por muchos años más según sus contratos, necesitarán pagar impuestos o dar liquidaciones a los antiguos dueños de esas tierras. 

Luego que se presentó el asunto de la DEA a cuyos agentes ya no se le va a permitir andar armados en México y cuál va a ser la opinión oficial que el gobierno del presidente Biden exprese, así como se desconoce cuál va a ser la reacción del presidente Biden sobre la decisión del presidente Andrés Manuel López Obrador de terminar con El Plan Mérida entre los dos países. 

Y finalmente se tiene el juicio de Donald Trump, el cuál a pesar de parecer un asunto bastante claro de culpabilidad, ahora se propuso que haya testigos entre los Legisladores, cosa que ha propuesto el partido demócrata y algunos de los Legisladores repúblicanos. 

Luego la reacción del estadunidense, ya que si lo declaran libre las leyes del País se verían condescendientes con los delincuentes frente a un individuo que ha sido acusado de Incitar a la Insurrección y además, Joe Biden tendría más dificultad en cambiar las ordenes que dejó dentro de su País y en su política con el mundo, como la guerra comercial con China, el asunto de Venezuela, los tratados con Irán, la guerra en Afganistán, el conflicto con Siria, su sitio en la OTAN, etc.

Si lo declaran culpable por el Impeachment, sólo será castigado en no volver a la política durante 5 o 10 años, pero la opinión mundial estará satisfecha, los estadunidenses orgullosos de que sus leyes castiguen a los culpables y su democracia funcione. Como se logró con el asunto de Richard Nixon y su Watergate, en el que hasta a los presidentes del propio Estados Unidos la ley los castiga.

En síntesis, en que hay muchos problemas que resolver en tan poco tiempo; los de México no tienen tanta urgencia como los demás.

El Senado de los Estados Unidos, absolvió al ex presidente Donald Trump, a pesar del asalto al Capitolio.

Por: Rafael Benabib /  rafaelbenabib@hotmail.com

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