Con un vestido rojo escarlata y al ritmo de "Bloody Mary", Lady Gaga encendió la icónica playa de Copacabana el sábado por la noche, en un show gratuito que reunió a más de 2.1 millones de personas, según cifras de la alcaldía de Río de Janeiro y el medio Estadão. Se trata de una de las presentaciones musicales más multitudinarias de todos los tiempos.
La cantante estadounidense, que no se presentaba en Brasil desde 2012, convirtió el escenario natural frente al mar en una auténtica fiesta de pop, emoción y conexión con sus fans, conocidos como "little monsters", quienes llegaron de todas partes del país para verla.
"Falté varios días de clase en la facultad solo para venir a este show", dijo Walter Segundo, estudiante de 23 años que viajó casi 3 mil kilómetros desde São Luís.
“Lady Gaga es todo para mí, soy su fan desde 2008”, añadió con orgullo.
Un impacto que va más allá de la música
El evento no solo marcó un momento inolvidable para los fans. De acuerdo con estimaciones oficiales, el concierto podría generar hasta 100 millones de dólares para la economía local, gracias al turismo, el comercio y los servicios que se activaron en torno al espectáculo. Esta cifra supera en casi un 30% lo recaudado con el show de Madonna en 2024, también gratuito y en el mismo lugar.
Motivadas por el éxito, las autoridades de Río ya contemplan seguir con la tradición de mega conciertos gratuitos en mayo, en temporada baja de turismo. Incluso se mencionó a U2 como posible próxima banda invitada.
Un show a la altura de una estrella global
Para garantizar la seguridad, se desplegaron más de 5 mil agentes, drones y cámaras con reconocimiento facial. Los asistentes pasaron por controles con detectores de metales bajo un fuerte calor.
Lady Gaga presentó temas de su octavo disco, Mayhem, incluyendo el éxito “Die with a Smile”, colaboración con Bruno Mars y ganador de un Grammy. Pero también hubo espacio para clásicos como “Born This Way”, canción que ha marcado la vida de muchos fans.
“Fue la canción que me hizo aceptarme tal como soy”, dijo Alan Jones, peluquero de 29 años que viajó desde Santa Catarina y lleva tatuada en el brazo una calavera azul inspirada en ese tema.
Desde temprano, miles acamparon o esperaron horas bajo el sol para lograr un buen lugar.
“Llegué a las 7 de la mañana”, contó Alisha Duarte, de 22 años. “Sabemos que en la noche se pondrá difícil, pero sobreviviremos. Lady Gaga lo vale”.
Con este concierto, Lady Gaga no solo rompió récords, sino que reafirmó su estatus como una de las artistas más influyentes del planeta.