Juan Gabriel: Debo, Puedo y Quiero” es una docuserie de Netflix que captura la esencia vibrante y contradictoria del ícono mexicano Juan Gabriel, el Divo de Juárez.
Esta producción de cuatro episodios, dirigida por Alejandro Valle, se sumerge en la vida de Alberto Aguilera Valencia, desde sus humildes orígenes en Ciudad Juárez —marcados por la pobreza, el abandono paterno y una infancia traumática que incluye una violación a los seis años— hasta su transformación en el extravagante Juanga, un artista que desafió las normas de género y sexualidad en un México conservador de los años 70 y 80.
Lo que hace brillar esta serie es su narración en primera persona: la voz de Juan Gabriel, grabada en archivos inéditos, guía el relato con una intimidad que eriza la piel.
Complementada por entrevistas exclusivas con familiares, amigos cercanos como el diseñador Vicky Tiel, y colaboradores como el productor Guillermo Mendiola, la docuserie revela no sólo los triunfos —como el concierto histórico en Bellas Artes en 1990, que reunió a 200 mil personas en un México post-terremoto— sino también las sombras: su paso por la cárcel por un supuesto robo, el misterio en torno a la paternidad de sus cuatro hijos (Joao, Jean, José y Luis), y las batallas contra la homofobia y el machismo que lo obligaron a reinventarse constantemente.
La estructura episódica es magistral: el primero explora la niñez y el despertar artístico en el “El Noa Noa”; el segundo, su ascenso meteórico con hits como “Noa Noa” y “Querida”; el tercero, las controversias y el exilio autoimpuesto; y el cuarto, su legado, con canciones como “Amor Eterno” que trascienden generaciones.
Es un homenaje liberador que celebra cómo Juan Gabriel usó el bolero y la ranchera para romper barreras, convirtiéndose en un símbolo de orgullo queer en Latinoamérica.
