El vicario general de la Diócesis de Cuernavaca, Tomás Toral Nájera, llamó a la feligresía a vivir las festividades de Todos los Santos y de los Fieles Difuntos desde su verdadero sentido religioso, recordando que el Día de Muertos es, ante todo, una manifestación de fe y esperanza en la vida eterna. Explicó que estas celebraciones del 1 y 2 de noviembre no deben reducirse solo a un evento cultural o social, sino que tienen un profundo significado espiritual, la oración por quienes han partido.

“La fe nos lleva a orar por aquellos que han compartido la vida con nosotros y que se nos adelantaron. Es una expresión de esperanza en la vida eterna”, señaló.

El vicario recordó que, en México, el evangelio se “inculturizó” al encontrarse con los ritos prehispánicos, dando origen a las tradiciones que hoy identifican al pueblo mexicano.

“El evangelio no niega la cultura, la asume. Y la cultura, a su vez, asume el evangelio. Así nacen las expresiones del Día de Muertos, como las ofrendas y las Catrinas”, explicó.

Toral Nájera destacó que estas festividades unen lo religioso, lo cultural y lo social, fortaleciendo la identidad nacional.

En contraste, advirtió que celebraciones ajenas como Halloween “no corresponden a nuestra cultura ni a nuestra fe”. “El Día de Muertos es parte de lo nuestro, de nuestra identidad como pueblo. Debemos valorarlo y vivirlo con respeto, oración y gratitud hacia nuestros difuntos”, subrayó al invitar a las familias morelenses a mantener viva la tradición con un sentido de fe y esperanza cristiana.

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