La época en que gobernó Porfirio Díaz fue de progreso, por primera vez desde la Independencia, México alcanza la paz, la estabilidad política y económica. Surge la SEP, la Escuela Naval Militar, el Conservatorio Nacional de Música. El estado fue mecenas de las artes, surgió la pintura con temas indigenistas, el paisajismo con José María Velasco, la recuperación de la arqueología prehispánica, como Teotihuacán, Monte Albán, Xochicalco, fue una época de esplendor, con ello dio al país identidad y pertenencia. Cuando Díaz accede al poder, termina la era del progreso político –la Reforma- iniciada por Juan N. Álvarez en Cuernavaca que culminó Benito Juárez. 

Terminan las guerras, desde la Consumación de la Independencia en 1821 hasta su primer mandato en 1876, pasaron 55 gobiernos en 55 años en los que nunca hubo orden, se perdieron, se entregaron y vendieron grandes territorios a Estados Unidos que se pagaron a México con el oro que se extrajo de California, México era más del doble de lo que nos quedó. Porfirio Díaz inició el litigio para la devolución del territorio del Chamizal; en 1884 cuando asciende al poder, México contaba con 600 kilómetros de vías férreas, para 1910 –cuando termina su mandato- tenía 20 mil, había 9 mil kilómetros de telégrafos y terminó con 70 mil, la red postal llegó a 90 mil kilómetros, así unió al país en todos sentidos. México era el primer productor de plata en el mundo, modernizó puertos, se intensificó el tráfico marítimo, nacieron fundidoras, hidroeléctricas y había 5,500 fábricas, se diversificó la producción agropecuaria para abastecer las necesidades industriales. Se iniciaron explotaciones petroleras. También tuvo desaciertos, pero por primera vez se logró un superávit financiero. En 1875 el 38 por ciento de los ingresos del gobierno eran para pagar la deuda, para 1910 era solo del 4.41%, fue un crecimiento económico nunca visto. Pero todo este auge finalmente recayó en las clases campesina, y obrera surgida por el mismo desarrollo porfirista, en todo el país las haciendas y ranchos se iban apoderando de las tierras de los campesinos y aparecieron entonces las inconformidades. En la recta final de su mandato surgen las huelgas de Cananea y Río Blanco, México había progresado, pero no se pudieron resolver la pobreza y la desigualdad surgidas por el mismo desarrollo. 

Algo similar pasaba en Estados Unidos, la sobreproducción con la sobreoferta y la prosperidad vista hasta 1913, abrieron la brecha entre ricos y pobres y vino “La gran depresión” en el ‘29. 

Europa también se encontraba en el apogeo de su progreso, pero había rivalidad entre naciones, en 1914 eso las condujo a “La Gran Guerra” hoy conocida como la Primera Guerra Mundial que finalizó en noviembre de 1918 cuando Alemania tuvo que aceptar las condiciones del armisticio y rendirse ante Francia.

Estos conflictos, fueron consecuencia de la Revolución Industrial que trajo consigo grandes beneficios, y una serie de derivaciones que perjudicarían principalmente a los trabajadores.

La crisis no fue un asunto privativo de México, pero aquí se sumó la falta de democracia y apertura electoral, y a pesar de haber declarado que ya no lo haría, Porfirio Díaz volvió a postularse para la presidencia. 

Se acercaba el 15 de septiembre de 1910 centenario del inicio de la Independencia el mismo día de su cumpleaños 80, ya anciano Díaz, quería festejarlos en el poder, no hubo población en todo México donde no se haya inaugurado alguna obra destacada, en Cuernavaca fue el Mercado Benito Juárez, que ya no existe. Se celebró el día 15 con grandes festividades, llamativas obras públicas como el Ángel de la Independencia, ya se había inaugurado el soberbio Palacio Postal y se habían iniciado el edificio de Bellas Artes y el inconcluso Palacio Legislativo acabó siendo el Monumento a la Revolución. 

El 20 de noviembre de 1910, Francisco I. Madero convoca a la Revolución con el Plan de San Luis, el 10 de mayo de 1911 los revolucionarios del norte toman Ciudad Juárez, el día 25 Díaz dimite a la presidencia, el 26 Cuernavaca es entregada a Zapata, Díaz sabía que un enfrentamiento armado debilitaría a México y no quiso un derramamiento de sangre a costa de conservar el poder, así lo dijo en su renuncia, el día 31 zarpa de Veracruz a París de donde ya no regresó.  

Y la Revolución Maderista duró solo seis meses, pero continuó, ya no por Díaz quien de inmediato se hizo a un lado, Madero es presidente y al no cumplir sus promesas a su aliado Zapata, surge el Plan de Ayala, bandera de la Contrarrevolución, a Madero lo asesina el porfirista Huerta, a éste, Carranza lo desconoce como presidente, Carranza ordena asesinar  a Zapata mediante una trampa, asesinan a Carranza en un acto de traición como él lo hizo con Zapata, y la Revolución se extendió; unos dicen que terminó en 1917 con la proclamación de la nueva Constitución, otros que en 1923 con el asesinato de Villa, otros más que en el ‘24 con las reformas del General Calles, otros que hasta el fin de su maximato en el ‘34, o hasta que el general Cárdenas lo expulsa del país en el 36. Desde mi opinión, la Revolución, terminó con la elección en 1946 de un presidente civil, Miguel Alemán -puesto por Cárdenas-, haciendo a un lado a los militares por el pleito que se traían por gobernar el país, para concentrarlos en sus tareas constitucionales. Cualquier similitud no es mera coincidencia.

Díaz fue condenado al más injusto olvido, el porfiriato es reconocido por los expertos como un periodo extraordinario de progreso y grandes cambios, pero esto no ha permeado en el mexicano común y corriente. Con errores y aciertos Díaz fue el artífice del México moderno y el consolidador el Estado mexicano.

Un millón de muertos, y nadie ganó.

¡Hasta la próxima!

Por: Carlos Lavín Figueroa / carlos_lavin_mx@yahoo.com.mx

Cumple los criterios de The Trust Project

Saber más

Síguenos en Google Noticias para mantenerte siempre informado

Sigue el canal de Diario De Morelos en WhatsApp