El Fraccionamiento Rancho Cortés al norte de Cuernavaca, es el lugar donde existió el ingenio de Axomulco, es el primer ingenio formal en América Continental -y no un trapiche como antes fueron los de Veracruz y Coyoacán-, incluso es anterior al de Tlaltenango que algunos autores consideran el primero. Axomulco, es del primer tercio del siglo XVI siendo Hernán Cortés socio minoritario, se construyó poco antes de que la corona española le otorgara los títulos de su marquesado. En los años 40 del siglo pasado, esos terrenos con el casco de la hacienda fueron adquiridos por Axel Wenner-Gren, el hombre más rico en los años treinta. La bóveda original del ingenio azucarero y después alcoholero, se adaptó para la gran sala de su casa que ahora es el salón principal y de fiestas del Hotel Raquet Club, casa que se terminó de construir en 1942. En esos terrenos, Wener-Gren, inició los primeros viveros de Tetela del Monte llamados Jardín Cortés, para esa industria trajo plantas de Bahamas y Estados Unidos, además de buganvilias ya locales y la nochebuena Valenciana, industria que fue continuada por el especialista en plantas, Mario Oguri su mayordomo japonés que había llegado con él.  

En los años cincuenta, Wener-Gren vende sus compañías para embarcarse en dos mega empresas, pero se van a la quiebra y decide convertir su propiedad en el fraccionamiento Rancho Cortes, que se anunciaba en Ciudad de México para residencias de descanso “Donde la primavera es eterna, lugar ideal para la salud y descanso con amplias avenidas iluminadas, agua en abundancia y plantas de ornato en toda la urbanización -lo mismo sucedía con Pedregal de la Fuentes y su casa club “La Escondida” en Jiutepec, también de su propiedad. Carlos Lavín Oliveros fue el constructor de esas urbanizaciones. Para su casa se apartaron 80 mil metros, el diez por ciento del total de la propiedad.  

Acompañando a mi padre conocí a Wenner-Gren y a su esposa la famosa cantante de ópera Margarite Gautier, recuerdo que era aficionada a los perros chihuahueños, tenía una verdadera jauría atendida especialmente por una enfermera. 

Wenner-Gren había creído poder evitar la Segunda Guerra Mundial sirviendo como intermediario entre el segundo de Hitler, el mariscal alemán Hermann Goering fundador de la Gestapo con quien tenía amistad, y los gobiernos americano e inglés. Esto le ganó la reputación de pro-nazi.

Ante el fracaso de esa mediación internacional, Wenner-Gren se retira a su casa en Bahamas. Ahí, se hace amigo muy cercano del gobernador general de la isla, el Duque de Windsor quien había abdicado al trono de Inglaterra. Al comenzar la Segunda Guerra Mundial, por su amistad con Goering y la supuesta militancia pro-nazi de su amigo el Duque de Windsor llevan a los americanos y a los ingleses a incluir sus propiedades en una lista negra. Sin embargo fue muy amigo de Franklin D. Roosevelt, y también se relacionó con Benito Mussolini y con el mismo Hitler.

Sus problemas con motivo de la guerra lo llevaron a permanecer en Cuernavaca el resto de su vida, a donde había llegado en 1941 por invitación de Maximino Ávila Camacho, hermano del presidente.

Wenner-Gren y su esposa vivieron en Cuernavaca por veinte años, inicialmente llegó a vivir a la Quinta Santa Bárbara en la calle Netzahualcóyotl en tanto se construía su residencia. 

Fue dueño de la naciente compañía Teléfonos de México, misma que fusionó las empresas telefónicas Ericsson y Mexicana. Los invitados a casa eran, Bruno Pagliai multimillonario y su esposa la actriz Merle Oberon, Helgue Ericsson el sueco dueño de la primera compañía de teléfonos mexicanos “Ericsson” y Gunnar Beckman otro magnate sueco. También diversificó sus empresas en diarios, bancos y fábricas de armas. 

Además de innovador en el campo industrial, patrocinó el desarrollo del carbono 14, financió hallazgos arqueológicos cerca de Machu Picchu y el descubrimiento del Hombre de Pekín. 

La revista Time publicó que Wenner-Gren era “el más misterioso hombre del hemisferio occidental”. Compartió amantes con Hitler y Kennedy padre, invirtió en ciencia más que el propio Alfred Nobel. “Si fuera un personaje ficticio sería increíble, nadie daría todo esto por posible, pero todo realmente sucedió” publicó la revista. Fue concesionario del Hipódromo de la Américas, dueño de flotas navieras, de castillos en Suecia. A mediados de los años 50’s se aboca a dos multimillonarios proyectos, como el tren elevado alemán y un gigantesco desarrollo en la Columbia Británica, invierte gran parte de su fortuna y tiene que vender la mayoría de sus empresas, el resultado fue un fracaso y se va a la quiebra. El gobierno de México interviene sus bienes para pagar a las múltiples deudas y los subasta, se intervienen también sus propiedades en Suecia y así es como llegan valiosas obras de arte que se encuentran todavía en el Museo de San Carlos en Ciudad de México. En 1961 viaja solo a Estocolmo para ser sometido a una intervención quirúrgica, estando convaleciente le sobrevino un desmayo, cayó golpeándose la nuca lo que le ocasionó la muerte el 24 de noviembre.  Su viuda Margarite tuvo que pagar renta para vivir hasta su muerte en 1973 en lo que fue su mansión de Cuernavaca, hoy Raque Club.

P.D. Hasta el otro sábado

Por: Carlos Lavín Figueroa / carlos_lavin_mx@yahoo.com.mx

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