Al mítico Paraíso Terrenal conocido como Tamoanchan se le ubica en el generoso Valle de Cuernavaca –hoy Morelos- estaba habitado por dioses eternos que por sus faltas fueron convirtieron humanos, es así como, aquí, surge el hombre y el pulque como bebida sagrada.  

Los primeros registros humanos se localizan al norte de Cuernavaca. En mayo de 2017 me contactó el antropólogo Rafael Rodríguez Brito para invitarme a conocer las pinturas rupestres de decenas de manos, que días antes había descubierto en la entrada de una cueva. Los dos expertos arqueólogos que nos acompañaron comentaron que por la técnica “al negativo” tendrán una antigüedad entre 10 mil y 8 mil años, por lo que sería uno de los registros humanos más antiguos de toda América. Solo hay otras en América, están también en la entrada una cueva en Argentina. 

Milenios después vendrían las pinturas “al positivo” son ya dibujos elaborados de lunas, soles y formas geométricas. Como las que exploré también en Cuernavaca, al sur, en el margen de la Barranca del Chiflón, también en la entrada de una cueva. 

Pero el asentamiento constructivo más antiguo de Cuernavaca se ubica en el Barrio de Gualupita, al norte del Parque Melchor Ocampo; tiene por tres etapas constructivas y cerámicas de diferentes influencias, de entre 2500, y mil años a.C, se estima que son olmecas. 

Después de Gualupita surge Chalcatzingo en Jonacatepec, con su importante arte pétreo monumental Olmeca. Su mejor época fue entre los siglos VII y V a.C. Después comenzó su decadencia.

Le sigue Xochicalco, Patrimonio de la Humanidad desde 1999. Su apogeo es del año 650 al 900 d.C., su surgimiento y desarrollo es a partir del declive de Teotihuacán. 

Después de Xochicalco, surge Teopanzolco 1000 después de Cristo, su pirámide tlahuica tiene tres etapas, su excepcional templo de doble escalinata tiene dos adoratorios en lo alto, uno a Tlaloc dios de la lluvia y el otro a Huitzilopochtli dios de la guerra. Esta pirámide, es dos siglos anteriores a la fundación de México–Tenochtitlan y a su Templo Mayor, también con dos escalinatas y dos templos en lo alto a los mismos dioses. 

Ante los continuos asedios e invasiones a Teopoanzolco, los tlahuicas se mudaron y fundaron Cuauhnahuac, sitio protegido por profundas barrancas acantiladas. Así esa tribu -entonces azteca por provenir de Aztlan y nahuatlaca por su idioma- se estableció en estas tierras y a partir de entonces se les conoció como tlahuicas.

El Estado de Morelos hay tal abundancia de vestigios prehispánicos que se dice que es uno solo, estaba dividido en dos porciones: al poniente los tlahuicas encabezados por Cuauhnahuac, y al oriente los xochimilcas con Huaxtepec.

A la llegada de los españoles en 1521, en Cuauhnahuac gobernaba Itzcohuatzin o Yoatzin. Después de que Hernán Cortés la conquistó en ese año, regresó en 1523. 

El Marquesado del Valle, instituido por Cédula Real del 6 de junio de 1529, estaba conformado por nueve parcialidades separadas en el centro de Nueva España, en esa cédula se le otorga a Cuernavaca el título de Villa, y Cortés el conquistador, la elige para su residencia y Alcaldía Mayor desde donde gobernaba todo su marquesado.

La mayoría de las poblaciones del Imperio Azteca, conservaron su nombre náhuatl, pero en el caso de Cuauhnahuac, después de pasar por distintos nombres en diversos documentos -incluso en uno mismo se le menciona de varias formas-  para evitar esas confusiones, su nombre fue cambiado por otro puramente español Cuerna-vaca; pero no, como se ha dicho “porque los españoles no lo podían pronunciar” siendo muy simple su articulación; sino que por tanto desconcierto, se decidió por otro por similitudes con otra población española –como era costumbre, de lo que hay muchos casos-, este no sería igual pero si “con cierto parecido fonético” –que también hay casos- como lo aseguró mi maestro el reconocido sabio y filólogo Gutierre Tibon, admitiendo no saber cuál era esa ciudad española de la antigua Andalucía, “pero que otro investigador tal vez podría encontrar en el futuro” dijo. Por las investigaciones que inicie en 1981 en España –dos años antes de esas declaraciones de Tibon- la ciudad que tiene asombrosas similitudes naturales con Cuernavaca, como el perfil de su serranía al norte, de donde igual bajan ríos subterráneos que afloran en múltiples nacimientos de agua y en barrancas con abundante flora, esa población es Caravaca. Tantas semejanzas tienen ambas poblaciones, que la catedral de Cuernavaca se construyó con muros almenados idénticos en recuerdo a la de la Santa Iglesia de Caravaca, única con ese modelo, que se había construido dentro de lo que fue un fuerte almohade –árabe- y declarado lugar santo, “al que pasaban a encomendarse conquistadores, evangelizadores y colonizadores antes de partir a su aventura en el nuevo mundo” de ahí sus influencias en nuestra ciudad.

Lo investigado en Caravaca por quien esto escribe en 1981, lo dicho por Gutierre Tibon en 1983; y en 2012, en un encuentro de especialistas lingüísticos como Concepción Company y Ernesto de la Peña; Pablo Escalante  aseguró “que a la conquista, la mayoría de los nombres de las poblaciones indígenas conservaron su nombre náhuatl, pero en el caso de Cuernavaca le buscaron raíces hispanas*. Lo que vuelca la versión de su origen náhuatl.

Video con imágenes

*Video nombre hispano minuto 42 

¡Hasta la próxima!

Por: Carlos Lavín Figueroa / carlos_lavin_mx@yahoo.com.mx

Cumple los criterios de The Trust Project

Saber más

Síguenos en Google Noticias para mantenerte siempre informado

Sigue el canal de Diario De Morelos en WhatsApp