"La satisfacción cuando un estudiante aprende a leer y a escribir y que te dé las gracias, no se compara con nada”, afirmó el profesor José Antonio Monroy Poblano, quien celebra hoy su día.

Después de 20 años como docente, actualmente es director de la escuela primaria ‘Cuauhtémoc’, en la colonia Progreso de Jiutepec, y es profesor en otra escuela.

Este 15 de mayo, Día del Maestro, Antonio Monroy y miles de docentes tendrán un día de asueto para celebrar por la noble labor que realizan con la niñez y la juventud de Morelos y México.

Monroy Poblano compartió con Diario de Morelos cómo ha sido su labor en el magisterio desde que inició en 2003; primero en escuelas particulares y, a partir de 2010, se incorporó al sistema educativo público al obtener una plaza por medio de un examen.

El profesor, que cuenta con dos licenciaturas, una en Primaria y otra en Secundaria, consideró que la docencia es una noble labor que permite conocer de cerca la dinámica de las familias y trabajar con la niñez y ser parte fundamental de su proceso de aprendizaje.

Al hacer un recuento de las dos décadas frente a grupo, destacó que ha sido testigo de un cambio en la relación de los docentes con los padres de familia, así como de los estudiantes con los docentes.

“Hay una pérdida de valores y de respeto hacia la figura del maestro, casi casi se le pide al maestro ser quien resuelva la problemática que hay en la sociedad y que sea la escuela la que dé solución, pero la escuela se encarga de la formación académica de niñas y niños”, afirmó.

A pesar de todo, tiene muchas satisfacciones, principalmente cuando su labor se ve reflejada en un buen resultado.

En su trayectoria, siempre ha estado al frente de grupos de quinto o sexto grado; “me ha tocado que llegan alumnos que no saben leer, escribir, sumar o restar. Al ver ese problema, me he puesto a darles la atención necesaria a ellos y al resto de los niños que ya tienen dominado el proceso de la escritura y lectura; lo más gratificante es ver que al concluir el ciclo escolar los niños salen leyendo y escribiendo y me dan las gracias”.

Un logro que conserva con mucha satisfacción es que durante el programa Escuelas de Calidad, la escuela de la que era director José Antonio Monroy fue una de las cien evaluadas en el estado; durante dos años fue sometida a diversas evaluaciones que enviaba el Banco Mundial, con el fin de conocer el desempeño de los directores.

“Tengo la satisfacción que mi escuela fue reconocida en Morelos como el plantel educativo con el puntaje más alto de acuerdo a los estándares del Banco Mundial, además, participamos en una reunión nacional con los directores mejor evaluados de todo el país”, afirmó el docente.

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