La historia del ferrocarril en Cuernavaca se remonta a 1897, cuando Porfirio Díaz inauguró la línea México-Cuernavaca. El edificio construido para la estación del tren causó impresión por sus líneas arquitectónicas típicas de aquella época.

Durante la Revolución Mexicana, el flujo turístico hacia Cuernavaca se vio notablemente disminuido. A su término, muchos vagones abandonados fueron ocupados por gente sin recursos económicos, que también se apoderó de extensiones de terreno alrededor de las vías. Poco a poco, la estación se vio en declive hasta dejar de funcionar. Después de sufrir un incendio en 2012, la construcción quedó totalmente destrozada.
 

El Gobierno del Estado, en coordinación con el INAH, inició un trabajo de restauración que busca devolver el encanto y el resplandor que alguna vez tuvo la antigua estación de ferrocarril de Cuernavaca.

 

 

En la actualidad, se pretende regresar a la población el sentido de pertenencia histórico y cultural de la ciudad, proyectando un espacio que gire alrededor de diversas actividades culturales. Apegados al reglamento de la Ley Federal de Monumentos y Zonas Arqueológicas, el equipo logró rescatar el espacio, aplicando las técnicas adecuadas para su origen y su época.

Finalmente, trabajar en la restauración de la antigua estación del ferrocarril permitirá retornar a la comunidad espacios públicos de esparcimiento, culturales y de recreación.

Con información de AD.ARCHITECTURAL DIGEST

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