Cuernavaca, MORELOS.- La discriminación es una práctica que se efectúa cotidianamente, pero las personas indígenas, con discapacidad y diversidad religiosa, son las que sufren mayores actos por parte de diferentes sectores sociales.
Además, niñas y niños no están exentos de este tipo de casos, regularmente no son tomados en cuenta en los espacios públicos, como calles y parques donde convergen personas mayores.
De acuerdo a información proporcionada por autoridades del  Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), en la sociedad existen ciertos patrones de conductas y estigmas en los que ejecutan diversos actos de discriminación.
Tania Ramírez Hernández, directora general adjunta de Vinculación, Cultura y Educación del  Conapred, comentó que entre las personas prevalece el señalamiento por provenir de una comunidad indígena, asimismo, por tener cierta discapacidad o por pensar de diferente manera.
En el caso particular de la niñez, destaca que es un grupo de la población en el que no hay prejuicios y son más abiertos a la diversidad, pues ocho de cada diez están de acuerdo que es mejor tener  la piel blanca, situación que los adultos refieren en un mayor índice.
Además perciben de manera normal que  los hombres lloren, pero están en  desacuerdo con lo que señala la sociedad en que las personas pobres están en esa situación porque son flojos.
Asimismo, seis de cada diez menores consideran que jugar con muñecas puede ser para ambos sexos y están abiertos a la diversidad.

Coloquio. Tania Ramírez Hernández, directora general adjunta de Vinculación, Cultura y Educación del  Conapred participó en un coloquio en la UAEM.

Destaca
El 90% de menores, al no tener prejuicios, no tiene problema con la discapacidad, o ser indígena.

Por: José Azcárate / jose.azcarate@diariodemorelos.com

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