El descrédito de los partidos políticos ha desencadenado una búsqueda de alternativas políticas para incidir en el rumbo del país. Morena eliminó la palabra partido de su nombre. La nombró Movimiento. Fue acertado en su nacimiento y luego jugó con el acrónimo MORENA. Sedujo de esa manera a la población al evitar ser llamado partido y recurrió al color de la piel de la mayoría de los mexicanos. Bien bajado ese balón. Sin olvidar la evidente referencia a la patrona de México.

En la Encuesta nacional de calidad e impacto gubernamental 2021 del INEGI, la percepción de confianza de la sociedad en instituciones o diferentes actores, los partidos políticos registran una percepción del 27.9 %, en tanto que las universidades públicas tienen el 78.9% de opinión positiva . A las ONG’s se les percibe con el 59.4 porciento. Dato interesante para comprender los tiempos que estamos viviendo.

La impresionante manifestación de la sociedad civil el 13 de noviembre, vino a sembrar un precedente de la mayor trascendencia. Mostró la capacidad que tiene la sociedad para organizarse al margen de los gobiernos y de los partidos. Algo inusual en la vida política desde las movilizaciones de trágico desenlace en 1968.

El sábado anterior, más de 80 organizaciones de la sociedad civil mediante un desplegado en la prensa nacional, solicitaron al senado de la República que impida desmantelar (descuartizar, para ser más preciso, Adam dixit), al Instituto Nacional Electoral, (INE), como lo pidió el secretario de gobernación a los legisladores de Morena en días pasados.

Se ha convocado para otra manifestación el 26 de febrero. Tiene como objetivo detener el inconstitucional plan “B” propuesto por le presidente. Pretende reducir severamente la estructura del INE al despedir a 5 mil 80 empleados de las juntas distritales; eliminar el PREP; disminuir entre el 10 y el 15% de la lista nominal por sección, entre otras mutilaciones.

La sociedad ya se mostró y lo volverá a hacer. Bienvenida. Es un gran salto hacia delante para defender la democracia. Lorenzo Córdoba, presidente del INE y Ciro Murayama nos dicen lo que podría pasar si el INE disminuyera o desapareciera en su libro recientemente publicado: “La Democracia no se toca”, de la editorial Planeta. El escenario que plantean no puede ser más inquietante. Tienen razón: en democracia ni un paso atrás.

Es cierto que los partidos políticos tienen mala reputación ganada a pulso. Pero son indispensables. Son el camino obligado para acceder al poder político. Son un mal necesario y no han sabido interpretar los nuevos tiempos. Sus estrategias son del siglo pasado. Si acaso, hay que reconocer el esfuerzo que están realizando para hacer un frente común ante Morena.

La sociedad civil fatigada de la pobreza política de los partidos está llamada a desempeñar un papel protagónico. Sabe que no puede prescindir de los partidos.

Hoy lunes 30 de enero, será presentado un documento elaborado por personajes y organizaciones de distintas ideologías, artistas, intelectuales y empresarios, formando un frente llamado Colectivo por México. De acuerdo al reporte de Reforma, el diagnóstico alerta sobre de que la democracia está en riesgo; que el estado es omiso; el poder legislativo es abyecto; que tenemos un gobierno militarizado; la destrucción de instituciones, sin inversión y un crecimiento cero.

Morelos no debe quedarse al margen de esa corriente que empodera a la sociedad civil. Hay atisbos que lo anuncian. El presidente municipal de Cuernavaca fue arropado por el PAN, desde la sociedad civil.

¿Surgirá en la sociedad morelense, nuevos líderes? Que proyecten confianza; que planteen alternativas creíbles para resolver los cada vez más complejos problemas que lastiman lo más sensible de una comunidad: la familia. A los partidos políticos no les queda de otra: tendrán que mirar, ya no de soslayo, a esos nuevos liderazgos que vigoricen el quehacer político. Son, los partidos, la obligada escalera para acceder al poder, ni modo. La sociedad civil, tiene la palabra.

Las opiniones vertidas en este espacio son exclusiva responsabilidad del autor y no representan, necesariamente, la política editorial de Grupo Diario de Morelos.

 

ARIEL HOMERO LÓPEZ RIVERA | opinion@diariodemorelos.com

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