En Francia desde el 2018 el uso de los dispositivos electrónicos se prohibió en las escuelas primarias y secundarias. En EUA en varios estados también está prohibido el uso de los celulares. El valle de la tecnología más famoso está en Estados Unidos: es Silicon Valley, una región del norte de California, cerca de la Bahía de San Francisco. Los investigadores allí limitan a sus hijos el uso indiscriminado de los dispositivos electrónicos. La UNESCO dice que al 25 de enero de 2025, un total de 79 países han implementado medidas para limitar el uso de celulares en las escuelas. Destacan el Reino Unido, Australia, Brasil, Ghana y los Emiratos Árabes, que se han sumado a la prohibición. Tim Cook, el director ejecutivo de Apple, ha dicho que no dejaría que su sobrino se uniera a las redes sociales. Bill Gates les prohibió los celulares a sus hijos hasta que fueran adolescentes. Steve Jobs no dejaba que sus hijos se acercaran a los iPads. Revelador. En su libro “No Soy un Robot” que terminó de escribir el 22 de febrero del año pasado, Juan Villoro hace un recorrido maravilloso del camino transitado por la escritura y la lectura. En los dibujos de Altamira ve la necesidad del hombre primitivo por expresarse. Entre la enorme cantidad de textos leídos y consultados, Villoro dice: “Pasamos página gracias al siglo XII, leemos textos impresos gracias al siglo XV, damos un clic gracias al XXI” y reconoce que “La lógica de esa aventura depende de la manera de leer”. Al recuperar el surgimiento de la página de acuerdo a Ivan Illich, (Fundador de CIDOC, en Cuernavaca),Villoro nos trae a escena su importancia. La página hace que la lectura, que era colectiva, se vuelva individual. A partir de entonces, se convierte en un diálogo silencioso y privado entre el escritor y el lector. Gutemberg con la imprenta, hace que leer se vuelva un boom. Un boom que llevará a todo el mundo la palabra escrita y con ello modificará la forma de entender la vida misma. Vivimos tiempos de profunda incertidumbre. Era de esperarse que entraran a discusión y debate la lectura y el aprendizaje en tiempos del Internet y la Inteligencia Artificial. La discusión entre leer en papel o en dispositivos digitales sacude la cultura contemporánea. La Universidad de Stanford, en un estudio sobre el impacto del uso de los dispositivos entre los estudiantes, concluyó: “En general la capacidad de los jóvenes (Secundaria y universitarios) para razonar acerca de la información disponible en Internet puede describirse con una sola palabra: desconsoladora”. Michel Desmurget recoge el resultado de la investigación en su libro “La fábrica de cretinos digitales” cuyo subtitulo es elocuente: Los peligros de las pantallas para nuestros hijos. Villoro parece decirnos que el problema no está en el material donde leamos. Recurre al viaje de Ulises en su regreso a Ítaca para destacar que lo importante no son las islas, sino el mar que las congrega. “… la lectura literaria que ayuda a leer a saltos en busca de unidad, leer de prisa para valorar lo que se debe leer con lentitud, para mezclar aprendizajes y combinar temporalidades.” Es cierto, no soy un robot, como nos piden las plataformas digitales para dejarnos entrar, dice Villoro. Nos deja ver, que lo importante no es el medio, si no lo que se lee y el modo en que se lee. Leer libros hizo que el Quijote se lanzara a las aventuras, acompañado de Sancho que le mostraba la realidad. El Internet es ángel y demonio. No es raro que la gente en general no lea libros. Las bibliotecas también están vacías y los libreros cierran sus librerías. Tenemos que aprender a sacar el ángel o el demonio de las pantallas. Pero, el ligero olorcillo de los libros de papel, la textura de la página o las provocadoras portadas soportarán el paso de los siglos.
