Vivimos tiempos tormentosos. El país día a día se divide más y más. La política pareciera haber agotado sus posibilidades Como en una tormenta perfecta: una epidemia que se obstinada en no retirarse y mal manejada; La delincuencia que no da respiro y sigue llevándose vidas de mexicanos y la economía nomás no da signos de crecimiento suficiente.
En Cuernavaca escasea el agua en pueblos y colonias. Los candidatos a la presidencia municipal recorren las calles entre discursos que no conmueven ni entusiasman. La gente muestra una enorme fatiga y desilusión por la política. Las promesas generalmente no se ven cumplidas y el cubre bocas presente en los mítines semejan una cruel mueca, que oculta como máscara griega, los verdaderos sentimientos.
Saramago en su Ensayo Sobre la Lucidez, pareciera un presagio de lo que pudiera suceder . En su novela, la gente, el día de las elecciones, vota en blanco en más del 80%. La autoridad se siente ofendida y desencadena una serie de acciones para descubrir por qué y quien habría perpetrado una afrenta. Por supuesto la Autoridad está convencida de la existencia de un complot. No advierte la fatiga ciudadana. La maestría del premio novel, nos hace recorrer páginas que nos llevan a las entrañas de los absurdos de que es capaz el Poder, cuando se siente amenazado.
Morelos saldrá a votar. En especial Cuernavaca, la fantasía de Saramago no sucederá, pues aquí el Poder parece no existir ni para bien ni para mal. Lo que si podría pasar es que la gente no salga a votar, y por consecuencia los que ahora gobiernan se perpetúen siguiendo su propio sueño que para el resto es una pesadilla. Los que ahora gobiernan podrán estar tranquilos ante ese no voto. Saramago advirtió que la sociedad puede quedar ciega.
Al ver en las redes sociales a los candidatos y sus equipos con sus recorridos por calles y plazas de Cuernavaca con la cara cubierta y escuchar sus arengas tan similares y faltas de contenido no despiertan interés. La fantasía de Saramago del voto en blanco en Morelos, puede hacerse realidad. ¿Cómo despertar la adormilada conciencia ciudadana si apenas va saliendo a la calle después de larga, larga cuarentena.?
Morelos necesita un líder. Un líder que sacuda la perversa inercia del no hacer nada. La renovación de la presidencia municipal representa la posibilidad de ver surgir un líder que dé certeza y esperanza. Un líder que haga converger a las fuerzas sociales para lograr un frente solido frente a la adversidad. Los pilares del sistema que hemos conocido se han derrumbado ante la embestida del gobierno 4t que impulsa un nuevo modelo económico y social.
Las condiciones en Cuernavaca parecieran impedir el surgimiento de tal líder. Son las sociedades y las circunstancias las que prohíjan el surgimiento de tales entes. A lo que sí podemos aspirar es tener en mente un perfil de lo que necesitamos. Que nos permita acercarnos y por ende identificar liderazgos que se aproximen a la realidad. Que conduzcan esfuerzos: que coordinen acciones y nos adviertan de lo que francamente posible.
¿Qué tipo de líder necesita Morelos? No. No necesitamos que sea experto en todo. Necesitamos que pueda ejercer un liderazgo que sea capaz de convocar a sirios y troyanos. Que no pelee con los de enfrente ni con los de al lado. Que tenga clara noción en dónde está parado y por qué. Que no nos diga que juntos lo haremos ni que nos diga que ahora brillará Cuernavaca o que la rescatemos con o sin rollo. O que pretenda ser empleado de la gente o que somos anfitriones del mundo. No necesitamos sesudos eslóganes.
Morelos no puede darse el lujo de equivocarse otra vez. Cuernavaca es la antesala de la gubernatura. Lo que está en juego es Morelos y su futuro ....y para eso necesita un liderazgo consciente. No un aventurero. Ni un comerciante de la política ni un romántico soñador. De las crisis puede salir algo bueno. Al menos un líder de acuerdo a nuestra actual circunstancia.¿Será mucho pedir?
Por Ariel Homero López Rivera / opinion@diariodemorelos.com